La renovación de Borja: un tema en agenda pero aún no en marcha

Hay otro River. Y hay otro Miguel Ángel Borja. Al igual que al equipo, el Muñeco Gallardo también le cambió la energía al Colibrí. Y acaso MAB9 sea quien más esté disfrutando de este contrastante presente. Lo que antes eran dudas, hoy son certezas. Lo que antes eran silbidos, hoy son aplausos. Y lo que antes eran lamentos, hoy son festejos. En un abrir y cerrar de ojos (o en una pretemporada, para ser más precisos), el colombiano dejó esa vibra negativa que lo acompañaba a fines del año pasado para volver a bailar su pasito tan característico en el comienzo del actual.

River se reencontró con Borja y Borja se reencontró con River. Y en el medio de esa luna de miel (que incluye a los hinchas), tanto el entrenador como los dirigentes tienen agendado comenzar a conversar sobre la extensión del contrato del delantero, que vence el 31 de diciembre, por uno o dos años más. A punto de soplar las 32 velitas (lo hará el domingo), el killer encontró su lugar en el mundo en la Argentina y un club a su medida en el CARP. Y, tanto como su familia, quiere seguir disfrutando de ambos.

Aunque ni su representante (Juan Pablo Pachón) esté en el país en la actualidad por ese motivo ni la cláusula de u$s 4 millones sea una preocupación porque no piensa ejecutarla ni existan conversaciones en curso, entre el final de este mercado -prioridad que hoy ocupa al deté y a los directivos- y el Mundial de Clubes el objetivo de quienes manejan el fútbol del club es pasar a los papeles una idea común: que Borja siga gritando goles en el Monumental como hizo ante México.

Un golazo que, entre otras cosas, hizo evidente la confianza que recobró este animal de área que hoy juega fuera de ella, con mucha más agilidad y dinámica, acoplándose a las coordenadas que le dio su entrenador y tan motivado con el contexto que hasta se atreve a probar de lejos como en el misil aire-tierra que decoró el resultado ante los aztecas.

Otra vez indudable dueño del puesto por más que comparta plantel con Driussi y Colidio (de hecho, fue el que más minutos en cancha tuvo en los dos amistosos preparatorios), el Colibrí aprovechó a full una pretemporada a su juicio tan brava como Gallardo, «comida para las piernas» según su síntesis. Y en sintonía con el que le baja línea, no se conforma. Es más, ya se desafió a superar no solo los 31 goles que hizo en el 2024 sino a romper su marca de 39 gritos en un año, que data de 2016. Para su tranquilidad, si no puede conseguirlo en lo que resta del 2025 es altísimamente probable que pueda hacerlo en el 2026 y, si las partes lo desean, tal vez también en 2027.