19/01/2025 08:40hs.
Era esencial, para Marcelo Gallardo, la pretemporada en San Martín de los Andes. Necesitaba «empezar el año» para reiniciar de cero un trabajo hecho a su medida, para forjar una mentalidad, un estilo. Pero, específicamente, lo que quería el Muñeco de las dos semanas en el Sur era establecer una base física distinta, que garantice que es realmente posible jugar como le gusta a él, con un equipo agresivo, que no se canse de presionar, que sea voraz para la recuperación tras pérdida, que sea rápido para las transiciones, que tenga la capacidad para desdoblarse y alterar posiciones para no dar referencias de marca. El Manual Gallardo.
Ahora bien, más allá de que la premisa de MG iba para todo el plantel, hay casos particulares. Y probablemente uno de los que más necesitaba de los trabajos intensos en la Patagonia, si no el que más los necesitaba, era Miguel Ángel Borja. Y es que el colombiano es el que más funciones debe incorporar para acercarse al biotipo de nueve que le gusta al entrenador, porque el contraste entre lo que le pedía Martín Demichelis y lo que le exige Gallardo es grande. «Son diferentes: Martín muchas veces me decía ‘no te salgas del área, quedate ahí’, y la idea de Marcelo es más de presionar, ahogar al rival, obligarlo a que rechace y darle la pauta de que si no rechaza le vamos a quitar la pelota y seguir marcando goles. Si el primer tiempo termina 2-0, quiere el tercero y el cuarto», describía con elocuencia el colombiano durante sus vacaciones en Cartagena.
Lo cierto es que la pretemporada, cuentan desde el cuerpo técnico, hizo efecto en el Colibrí: lo vieron más fino, rápido, comprometido, con mejor resistencia. Y eso empezó a verse, también, en el primer amistoso contra la Universidad de Chile en Concepción: Borja fue uno de los pocos futbolistas que jugaron los 90 minutos y terminó entero, tanto que -después de asistir a Lanzini en un PT donde se desgastó presionando bien alto- definió el partido en el último tramo con un golazo marca registrada y casi hace otro con un bombazo al travesaño.
«La pretemporada fue brava, con mucho doble turno, muchos kilómetros, pero eso es comida para las piernas, es lo que necesitábamos y se vio reflejado dentro del campo», explicó la figura del CARP en el 2-1 a la U. «Bravo no, bravísimo», le anticipó Gallardo su exigencia cuando arrancaba su segundo ciclo. El spoiler del Muñeco empieza a comprobarse ahora, y tiene sentido: la de SMA fue la primera pretemporada que hizo Borja con el entrenador que lo trajo a Núñez. Claro, y es que MAB llegó al club desde Junior el 12 de julio de 2022, con la competencia ya iniciada (de hecho, firmó una semana después de la eliminación con Vélez en los octavos de aquella Libertadores) y nunca tuvo un trabajo largo de preparación con el Muñeco, que se iría del CARP unos meses después.
Gallardo siente que recién ahora puede moldear al 100% al colombiano: aunque su capacidad goleadora nunca estuvo en discusión en todo este tiempo (hizo 31 con la Banda en 2024), el deté necesita que el 9, aún con sus características innatas de killer, acomode su físico y su función a lo que pide el equipo para que no termine aislado y a destiempo como se vio en algunos tramos del último semestre.
En todo caso, lo que MG le pidió a Borja en el período que lleva de este segundo ciclo es lo mismo que le pide ahora, pero la preparación física de Miguel estaba desfasada de esa exigencia. El resultado, lógico, mostraba al Colibrí cansado por el desgaste y entonces más nublado para su especialidad, que es la definición: algo que quedó en evidencia en los momentos más calientes de la temporada pasada, cuando River más necesitaba de sus goles.
Ahora el panorama y la expectativa son diferentes: a Borja le dieron «comida para las piernas» y las condiciones son otras para que pueda ser el delantero de rol que imaginó siempre un Gallardo que ahora tendrá más opciones para rodearlo, con Driussi y Tapia además de Colidio o Solari. Por eso, también, el delantero decidió quedarse en el club cuando la baja automática de su cláusula a u$s 4.000.000 le abría un abanico amplio de posibilidades de mercado.
«La decisión que tomé a la hora de venir a River fue clara: fue competir. Me gusta la exigencia de River, lo que exige el club, lo que exige Marcelo. Para eso estamos diseñados y la idea es seguir acá», aseguró el viernes un Borja que, sí, ya estaba «diseñado» para competir, pero que a partir de ahora lo estará para hacerlo en un equipo de Gallardo.
El gol de Borja a la U. de Chile
River Plate –
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Fuente: Olé