Cómo son los tiempos y las metas entre Boca y Paredes buscando unir sus caminos

La expectativa de cada paso que Leandro Paredes da en estos días tan especiales es máxima. Si aparece en un stream, si hace un gesto, si lo nombran en una nota, o hasta si el propio Ander Herrera -en una mezcla de complicidad y de algo de inocencia- lo compromete en público para ponerse más temprano que tarde la camiseta de Boca, todo gira en torno a su regreso al club que lo vio nacer en este mercado de pases. O, al menos, en lo inmediato.

En ese sentido, este viernes por la tarde la mayoría de los espectadores del Mundo Xeneize, ávidos porque la pelota vuelva a rodar cuanto antes, estuvieron pendientes del partido que Roma le ganó a Genoa por 3 a 1 en el Estadio Olímpico. Y así como una semana atrás esperaron cruzando los dedos para que el español que ya se puso la azul y oro no ingresara en la derrota de su por entonces equipo (Athletic de Bilbao) ante Barcelona, esta vez los hinchas xeneizes terminaron con una mezcla de entusiasmo y preocupación por el muy buen nivel del volante en el encuentro, del cual jugó los 90 minutos.

Claro, minutos antes del encuentro había sido Raúl Cascini -uno de los integrantes del Consejo de Fútbol- quien le había bajado un poco el tono a esa fiebre en la que, a partir de la sucesión de refuerzos en los últimos días, parecía abrirle la puerta a un inmediato retorno del volante Campeón del Mundo. «Es el que falta», se había escuchado puertas adentro. Sin embargo, Cascini lo dejó más en el terreno de los sueños que en el de las realidades.

«Hace un tiempo, cuando se habló con Leandro había manifestado, él de que se quería quedar en Europa hasta el mundial próximo, pero la ilusión siempre está, la de verlo jugar de vuelta con esta camiseta y eso es lo último que se pierde. A los sueños hay que trabajarlos», fue el textual que el hombre encargado (por lo general) de avanzar en las gestiones de los distintos refuerzos de Boca. ¿Y entonces?

Entonces hay una ingeniería que está más oculta que de costumbre. Que no se ve. Que involucra a los dos grandes protagonistas (Juan Román Riquelme como presidente del club y amigo, y Paredes del otro lado), pero que tiene un complejo escenario que resolver antes de que se pueda dar. Si bien la información da cuenta de diferentes ofrecimientos y de una falta de acuerdo entre las partes, lo cierto es que la llave que puede destrabar la situación la tiene un tercero, que en este caso no es un ajeno sino el propio club dueño del pase del jugador: la Roma.

¿Por qué? Simple. Porque si de dinero se trata, los italianos cuentan o saben que pueden recibir ofertas mucho mayores a lo que Boca está dispuesto a erogar por la transacción. O -mejor dicho- simplemente mayores, ya que la intención en Ezeiza es que sea el propio Paredes quien destrabe su situación contractual antes de ligarse al Xeneize, algo que sería un denominador común con los dos casos más similares al suyo ya dentro del plantel: los de Edinson Cavani y del propio Herrera, quienes primero resolvieron sus acuerdos (con Valencia y Bilbao, respectivamente) para después firmar con Boca, por un salario que incluía cierto reconocimiento a ese pase «libre» con el que llegaron al club.

Y ahí entra sí a jugar la voluntad de Paredes, quien no sólo se tiene que poner de acuerdo en lo económico con Boca (lo cual sería un tema menor a esta altura) sino que debe saber manejar los tiempos para que nadie salga herido. Claro, en el medio ya están los hinchas, ávidos de buenas noticias y esperando el desenlace favorable, el cual empujan con el hashtag #ParedesABoca y lo que al jugador le puede generar un compromiso extra que no le es para nada ajeno.

Y así como Leandro mide cada paso que da (a sabiendas también de que ni siquiera tiene certezas de no seguir en el club romano), en Boca nadie cuenta demasiado. De las intenciones, tal vez. De alguna oferta sin demasiados detalles, también. Y de los planes de inclusión de Paredes en este armado top que se está tejiendo, menos, ya que eso es más materia del entrenador y será él quien deba o decida o no responder en cuanto tome contacto con la prensa (el miércoles post amistoso en San Nicolás no lo hizo).

«Si no es ahora, será en junio», le confesaron desde Boca a Olé a comienzos de este 2025. Una alternativa que es viable a partir de la ventana que FIFA abrirá para que los clubes participantes del Mundial de Clubes incorporen especialmente de cara a la competencia. Sin embargo, la intención es que se sume cuanto antes. Primero, está claro, que llegue, que se haga. Pero pensando en cómo se armó Boca, en la fuerza de los referentes para seguir sumando experiencia y jerarquía.

Y porque todo parece salido de un libro de cuentos (el reencuentro con Gago y Riquelme, dos que lo acompañaron a dar sus primeros pasos y la chance de jugar tantas cosas importantes) es que la chance no parece tan lejana como en otro momento. Eso sí, se está tejiendo con un fuerte detrás de escena. El detrás de las Paredes.