Las jugadoras de River pasan Navidad presas: la Justicia rechazó el hábeas corpus

A pesar de los esfuerzos del cuerpo de legales del club y de la abogada brasileña Thaís Sankari, las cuatro jugadoras del plantel femenino River detenidas por actos racistas en el partido del viernes contra Gremio recibieron un fuerte revés por parte de la Justicia: finalmente, el hábeas corpus presentado fue rechazado y deberán pasar la Navidad presas en la Penitenciaria Femenina de Sant’Ana, en San Pablo.

Aunque no era la esperada, la decisión del juez tiene un fundamento en el propio código penal de Brasil, que condena fuertemente este tipo de hechos. Fundamentalmente, después de que a fines del 2022 se sancionó una ley promulgada por el presidente Lula en enero del año pasado que equipara la injuria racial con el racismo, un delito que no permite la fianza y tampoco prescribe. Así, alguien puede recibir una pena de entre dos a cinco años de prisión, que puede llegar a ser duplicada si se considera que se cometió por dos o más personas de manera conjunta (está contemplado que esto se aplique también a partidos de fútbol, entre otros eventos deportivos, culturales y religiosos).

De todos modos, más allá de que Candela Díaz, Camila Duarte, Juana Cángaro y Milagros Díaz no podrán estar con sus familias en esta Navidad, todavía tienen chances de ser liberadas en los próximos días: en el país vecino, un hábeas corpus tiene una sentencia preliminar (de urgencia, la que fue dictada en las últimas horas) con un amparo de cinco días y otra de fondo, que está a cargo de tres jueces y podría llegar a tener una resolución final en febrero o marzo, algo que lógicamente desde el club intentarán impedir por todos los medios.

El documento emitido por el juez Alberto Anderson Filho del Tribunal de Justicia de San Pablo, al que pudo acceder Olé, es claro en sus fundamentos para rechazar el hábeas corpus: «Las acusaciones están relacionadas con un delito grave, considerado atroz, cuyas imágenes están circulando ampliamente por la prensa, demostrando claramente la conducta de la acusada Candela Díaz (NdeR: es la que hizo el gesto del mono). Existen testigos que confirman la conducta delictiva perpetrada por ella, la cual al parecer no solo ofendió a la víctima Kayque, sino también a Stephanie (NdeR: ambos alcanzapelotas del partido), quien ciertamente no le hizo gestos mostrando sus genitales».

Con respecto a la defensa, los argumentos para solicitar la excarcelación pasaban porque los dichos y gestos racistas habían sido un «acto de represalia», dado que «durante el partido, la víctima hizo un gesto con sus manos sobre sus genitales hacia las jugadoras, ofendiéndolas con gestos obscenos». La víctima, tal como está descripta en el documento, es un alcanzapelotas con quien varias jugadoras de River discutieron.

Internamente, en River consideran que la detención y las medidas tomadas por las autoridades brasileñas con Candela y Milagros Díaz, Duarte y Cángaro son desmedidas, más allá del repudio a las actitudes racistas que incluso hicieron público mediante un comunicado. De todos modos, ahora la preocupación pasa por llevarles tranquilidad a las familias.

Todo lo que pasó, que incluyó seis expulsadas de River (las cuatro detenidas más Esponda y Julieta Romero), corridas entre las protagonistas, discusiones con el árbitro y un alcanzapelotas (que les habría dicho cosas a las argentinas) y una finalización de partido que se estiró por cerca de 40 minutos, le trajo al club de Núñez una suspensión de dos años para participar de la Ladies Cup, además del lógico mal momento a nivel de imagen institucional.