Insólito: ganaron 4 a 0 la ida, les cobraron un penal perdiendo 3 a 0 la vuelta y el DT los retiró de la cancha

El fútbol sudamericano es un espacio lleno de historias increíbles y momentos que parecen ser sacados más de una distopía futbolera que de la realidad. Esta vez, el momento insólito que se vivió en el estadio Jesús Bermúdez de Oruro. Ahí en Bolivia, a poco más de 3.700 metros de altura, Real Oruro se medía con el Royal Pari por la Promoción: después de un aplastante 4 a 0 de los de Primera División (el Royal) en la ida, todo se desató cuando los locales se habían puesto 3 a 0.

Todo parecía de color de rosas para el Royal Pari, que viajó a Oruro sintiendo que tenía la permanencia en Primera adentro del bolsillo. Y no es para menos, la ida había sido un baile: 3 a 0 en apenas 25 minutos y un cuarto gol a los 15′ del segundo tiempo hicieron un colchón cómodo de goles para llegar a la vuelta con cierta comodidad, pero…

La vuelta, en la altura, fue cuesta arriba para el Inmobiliario: con 37 minutos en el reloj, el Rojo Carmesí ya había golpeado por triplicado e hizo desaparecer la comodidad de los de Primera. Con sólo un gol de diferencia para forzar el empate, los locales empujaron todo el encuentro y lograron una chance inigualable: con cinco por jugarse, obtuvieron un penal, la chance del 4 a 4, a partir de una dudosa mano de Lázaro Crescencio.

Allí comenzó el caos: David de la Torre (DT del Royal) y un asistente entraron a protestarle al juez Gabriel Montaño, que expulsó a ambos miembros del CT del equipo de Santa Cruz de la Sierra. Acto seguido, el entrenador se acercó a sus jugadores para indicarles que se retiraran del campo de juego, directiva que fue seguida primero por Thiago Ribeiro (capitán del equipo) y luego por todo el plantel.

Tras pasar varios minutos en los vestuarios, el equipo de blanco quiso regresar al terreno de juego, pero era demasiado tarde. El árbitro Montaño ya había dado por finalizado el partido, entendiendo que el equipo de De la Torre no iba a regresar al terreno para jugar los minutos finales con el penal aún por patearse.

La suspensión del partido provocó confusión entre unos y otros: el abandono reglamentariamente significa la pérdida de puntos y una derrota automática por 3 a 0, que no le alcanzaría al Oruro para subir a la máxima categoría del fútbol de su país. Entonces, el problema radica en cómo se resolverá la permanencia (o no) en Primera del equipo que abandonó el campo de juego.

No hay nada definido, pero sí un horizonte probable: el descenso. El artículo 74 del reglamento del fútbol boliviano habla acerca del abandono de partidos y señala que «en casos especialmente graves […] el Tribunal de Disciplina Deportiva excluirá al equipo en cuestión de la competición en curso».

Si bien la definición no es oficial, el delegado del encuentro deslizó esta posibilidad como la más probable, indicando que no existían las condiciones necesarias para continuar con el partido en Oruro. Las autoridades del país del Altiplano deberán tomar una decisión respecto del devenir del Royal Pari, para buscar algo de prolijidad en medio de tanto descontrol; lo cierto es que la mancha sobre el fútbol boliviano será difícil de borrar.