28/11/2024 15:51hs. Actualizado al 28/11/2024 15:59hs.
Del papelón a la épica. Y de la hazaña al golpe de nocaut. En el Mario Alberto Kempes de Córdoba, y bajo una lluvia bíblica, Boca atravesó todas las emociones que el fútbol puede otorgar: el desconcierto, la resignación, la esperanza, la algarabía y, finalmente, la desilusión. Un cóctel explosivo que dejó al conjunto de Fernando Gago afuera de la Copa Argentina en manos del Vélez de Gustavo Quinteros y que estuvo marcado por un gran punto de inflexión: el cambio defensivo cuando el score marcaba el 3-2. ¿Qué quiso hacer el DT? ¿Qué sentido tenía? ¿Estuvo bien?
Los cambios de Gago tras el 3-2 de Boca: ¿qué intentó hacer?
Cabe remarcar que este análisis no pretende analizar «con el diario del lunes» y trata de encontrarle el por qué al cambio de fichas de Gago. Para ello, es pertinente remarcar el contexto: Boca había logrado una remontada impresionante, pasando de estar 0-2 abajo a ponerse 3-2 arriba, pero jugaba con 10 hombres y faltaban solo 10′ para el pitido final de Pablo Echavarría. Cuidar lo conseguido era, por mucho, aún más importante que ir a buscar el cuarto.
Recapitulemos. En el táctico de Boca, los 90′ del partido se dividieron en cuatro partes. La primera, el inicio: 4-2-3-1, con Pol Fernández por detrás de Edinson Cavani. La segunda, tras el cambio de Miramón a los 30′: 4-2-4, con Milton Giménez y el Matador de doble nueve. La tercera, con la expulsión de Luis Advíncula: 4-3-2, con Juan Barinaga en el lateral derecho y Exequiel Zeballos con un rol más de volante izquierdo, de viejo 10. Y la cuarta, con el 3-2 en el bolsillo: 5-3-1, con la inclusión de Luciano Di Lollo.
¿Cómo jugó Boca antes de darlo vuelta? Gago dispuso de un 4-3-2 en bloque medio, con el objetivo de no otorgarle a Vélez espacios intermedios y apostar con balones largos a la potencia de los delanteros o a la velocidad del Changuito. Así lo muestran, también, los números: de acuerdo con Opta Stats Perform, del 48′ al 80′, Boca mantuvo el 45% del control de la pelota y con predominancia en la mitad del campo (52%).
El 2-2 de Zeballos volvió a poner a Boca en partido y el 3-2 de Tomás Belmonte lo catapultaba directo a la final con Central Córdoba. El boleto hacia la Copa Libertadores, al alcance de la mano. Gago, rápido, casi ni festejó el gol: se acercó a Fabricio Coloccini y mandó a llamar a Lautaro Di Lollo (defensor central) y a Milton Delgado (volante central). “Terminó”, les gritó el entrenador a los ingresantes, confirmado su deseo de cuidar la ventaja con las salidas de Cavani (delantero) y Zeballos (extremo).
¿Cómo jugó después de darlo vuelta? Boca se replegó con un 5-3-1 en bloque bajo, buscando neutralizar a los delanteros de Vélez con un 3 vs. 2 en la defensa y tratando de frenar la subida de los laterales del Fortín. Sin embargo, la decisión de cerrar más al equipo con los cambios defensivos no terminó de consolidarse. Al intentar refugiarse y asegurar el resultado, Boca perdió la pelota, la iniciativa…y el partido.
El retroceso de 20 metros dejó espacio para los centros, y dos pelotas cruzadas, dirigidas a la espalda de los zagueros, le dieron a Agustín Bouzat la oportunidad de convertir y sellar la remontada de Vélez. Yendo a las estadísticas, también queda claro: del 52% de su posesión en la mitad de la cancha, pasó al 36,3%. Y, en el último tercio, apenas el 20%, sin siquiera pisar el área.
“El resultado final no lo asocio a los últimos cambios en sí. Es obvio que el rival con once, con un jugador más y perdiendo, se va a posicionar para atacar más alto. La situación del partido, con un hombre menos faltando 8/9 minutos y ganando 3-2, el partido tiene que estar terminado. Tampoco estábamos sosteniendo un juego, así como estábamos, con un marcador a favor. El equipo necesitaba esos cambios y buscamos cerrar el partido”, reveló Gago tras la eliminación.
Con el resultado puesto, no salió. Pero, ¿y si le funcionaba? Las críticas surgen ahora, cuando Boca ve seriamente comprometidas sus chances de ingresar a la Libertadores, pero ¿qué se hubiese dicho del DT si haber puesto cinco defensores le hubiese permitido mantener el 3-2? Lo único cierto es que ningún cambio de fichas es garantía de éxito: sumar defensores no siempre asegura mayor solidez, así como más delanteros no garantiza un mayor peso ofensivo.
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Fuente: Olé