Braian Romero volvió al Camp para alentar a su hermano, titular en la Reserva de River

No llevan el mismo apellido porque tienen misma madre y diferente padre, pero por sus venas corre la misma sangre roja y blanca. Agustín Obregón, el #8 de la Reserva que fue titular en la victoria 2-0 ante Defensa y Justicia por los octavos de la Copa Proyección, estuvo acompañado por Braian Romero en el Camp, goleador del Vélez puntero e hincha de River.

Con emojis de corazón y chocando puños, Agustín agradeció la presencia de Braian en redes sociales. Romero, goleador de la Liga Profesional (12 gritos en 22 partidos), aprovechó la fecha FIFA para volver a visitar ese predio que lo cobijó cuándo cumplió su sueño de jugar en River entre 2021 y 2022. Ahora, de civil, se escabulló entre la tribuna repleta de hinchas y alentó a su hermano.

Si bien tienen diferente apellido porque son hijos de la misma madre aunque de diferente padre, ambos nacieron en San Isidro, son muy unidos y comparten el fanatismo por River.

«Empecé a jugar al baby fútbol en Belgrano de Virreyes, el club de mi barrio. Me acuerdo que jugaba de delantero y era muy lindo porque nos enfrentábamos a clubes de otros barrios y ahí nació mi amor por el fútbol», contó Agustín, que no se olvida de aquellos tiempos en los que sólo pensaba en patear una pelota: «Después fui a Soporte Juniors y eran tantas las ganas de jugar que estábamos a las seis de la mañana y el partido era a las nueve. No me olvido más porqué era potrero puro».

En 2013 llegó el año que marcó su vida. Un amigo de su papá lo llevó a River, el primer día hizo fútbol y la rompió: jugó como volante por derecha y como enganche, hizo dos goles y quedó: «Ese día es imborrable, porque fue el comienzo de jugar en el club más lindo del mundo», expresó en charla con el sitio oficial del club.

Compañero de categoría (2006) con el Diablito Echeverri, Ruberto y Ulises Giménez, creció ganando títulos en Infantiles. En 2023 dio el salto desde Séptima para hacer la pretemporada con la Reserva. Alternó con Cuarta y a fines del año pasado fue convocado por primera vez por Marcelo Escudero para ir al banco frente a Independiente. Eso lo llevó a firmar su primer contrato con el club hasta diciembre de 2025 (con una cláusula de 20 millones de euros). Este crecimiento se potenció en 2024: si bien continuó alternando entre cuarta y Reserva, ya acumula 12 partidos bajo las órdenes del Pichi.

«Hay que esforzarse siempre y creer en uno mismo y así las cosas llegan. Se juega con un ritmo muy intenso que te obliga a mejorar en tu juego. En mi caso aprender a presionar mejor, ser seguro y fuerte en la marca, ya que soy un jugador ofensivo. Tenés que jugar más rápido y atacar siempre como te piden en River. Eso me favorece porque me gusta encarar y llegar al área», dijo.

Autodefinido como un jugador con «técnica y mucha dinámica, que le gusta estar siempre en contacto con la pelota», le gusta jugar con la banda y se pude mover tanto como lateral como volante por la derecha.

Las estadísticas de su año en Núñez muestran que en sus 52 partidos fue el segundo futbolista con más goles (15), dio cuatro asistencias, creó 29 situaciones y fue el que más remató al arco rival (39). Esos números, auspiciosos para cualquier delantero, explican por qué Inter eligió llevárselo y a la hora de analizarlos más en detalles se puede apreciar el motivo por el que el CARP decidió aceptar su pedido y lo dejó emigrar.

De todos esos gritos, 12 fueron durante sus primeros seis meses (10 por LPF y dos por Libertadores), donde mostró su mejor versión y que tuvo a Boca como su única deuda. Llegó a Núñez sin haberle convertido en sus anteriores equipos y no logró cortar la racha: falló un penal en la definición por Copa Argentina, se lesionó en el partido en el que Álvarez brilló con un doblete y en su tercer Súper jugó media hora y no logró desequilibrar.