Manu torcida: sin protagonismo, el futuro de Lanzini en River aún es incierto

El 7 de agosto de 2023 Manuel Lanzini llegaba al país en avión privado. Jorge Brito en persona iba a recibirlo a la pista de aterrizaje. En vigencia después de ocho temporadas completas en la Premier League, la contratación de ML era, en términos de mercado, una bomba con la que River buscaba empardar el efecto Cavani en la vereda de enfrente. Rápidamente agarró la camiseta 10.

Es difícil explicar que un año y medio después Manu pase casi inadvertido en el día a día del primer equipo, que haya sumado sólo 15 minutos en los últimos cuatro partidos que jugó River (3’ con Banfield, 12’ con Barracas, 0’ con Instituto y, acaso más elocuente, 0’ con Atlético Mineiro), y que su futuro ya no parezca estar en sus manos sino en la decisión del club que buscó su regreso durante una decena de mercados de pases. O, más específicamente, dependerá de Marcelo Gallardo: al volante se le vence el contrato en diciembre (es uno de los tres vínculos que expiran con el del Pity Martínez -seguiría- y el de un Echeverri que, ya vendido al City, volará a Europa) y su caso será uno de los que evaluará el CT. Y por ahora, el futuro es incierto…

Entre la expectativa que generó su llegada y este presente, el enganche sufrió por lesiones (en enero, un desgarro en el bíceps femoral derecho en el amistoso con Pachuca del que se resintió un par de veces y, en mayo, una pequeña fractura de base del primer metatarsiano del pie derecho que lo marginó hasta el regreso post Copa América) que nunca le terminaron de dar continuidad, pero tampoco se destacó cuando le dieron juego.

El último superclásico en la Bombonera, en el que fue figura e hizo el único gol en estos 40 partidos que lleva en su segunda etapa en Núñez, pareció un oasis, un destello de lo que River buscó con su vuelta y de lo que soñó el propio Manu cuando decidió tener un nuevo ciclo en el club de sus amores.

En todo caso, ese gol con el que ratificó que es un futbolista hecho para los derbis y especialmente para jugar en esa cancha (fue el tercero que hizo en el Alberto J. Armando) ilusionó a todos los hinchas: debió ser el puntapié inicial para que, de una buena vez, Lanzini empezara a despegar. Pero tampoco ocurrió.

Y ahora define Gallardo: si el Muñeco entiende que aún puede recuperar a Manu desde cero con una pretemporada completa, pedirá por la renovación de su “préstamo” (llegó cedido con el pase en su poder). Si no, la expectativa por su regreso se terminará de apagar en diciembre…