Radiografía de la Scaloneta: los motivos de su irregularidad en el cierre de un año glorioso

Que la derrota en Paraguay no tape el bosque y que el bosque no tape la derrota con Paraguay. No es un trabalenguas. Es el momento de reflexión que vive la Scaloneta casi finalizando este glorioso 2024 en el que se consiguió la Copa América de Estados Unidos. Está cerrando un año histórico, en el que consiguió el cuarto título sobre cuatro torneos jugados desde 2021 a esta parte, pero al mismo tiempo el equipo no logra, en las Eliminatorias, regularidad en el juego y en los resultados.

Esta Selección (nos) acostumbró a victorias en cadena, a vueltas olímpicas en continuado, a que se podía jugar bien y ganar en cualquier cancha. Pero, en algún momento, iba a llegar un declive, algo totalmente lógico. Es imposible estar todo el tiempo en la cresta de la ola y habrá que aprender a convivir con esta desigualdad de rendimientos. “Hay que aceptar las derrotas y aprender. Fueron muchas las victorias”, coinciden en la intimidad del predio de Ezeiza. Un predio de Ezeiza que este viernes tuvo poco movimiento: después de la llegada a la madrugada desde Paraguay, el plantel hizo algunos ejercicios en el gimnasio y luego todos quedaron liberados -algo que hace habitualmente el DT post partido– hasta este sábado por la tarde, cuando volverán a practicar.

No fue una caída más porque a este grupo le cuesta asimilar los golpes. Volvieron enojados y molestos de Asunción, donde a la Selección le dieron vuelta el partido (algo que no ocurría desde el debut en el Mundial de Qatar, en el sorpresivo 1-2 ante Arabia Saudita). Lejos de dormirse en los laureles de la gloria, hay sed de revancha (la tienen pronto con Perú) y también es un espacio para pensar en cómo seguir el camino del crecimiento. Hay una merma en la brillantez que supo conseguir la Scaloneta y eso no significa que haya una crisis. Crisis eran las de antes en la Selección… Pasaron 28 años sin dar una vuelta olímpica y la mochila pesaba mucho.

El cuerpo técnico y los jugadores sacarán sus conclusiones una vez finalizada esta doble fecha: el partido en La Bombonera será el último del año y eso también es un alivio. Hay cansancio por tantas millas recorridas y tantos minutos jugados: la vuelta olímpica en Miami y los Juegos Olímpicos le quitaron energía, vacaciones y tiempo libre a los jugadores. Terminaron la temporada 23-24 y ya estaban con el objetivo de ser bicampeones del continente, y algunos después siguieron hasta París, para intentar el oro olímpico…

El equipo luce un poco gastado. Le falta esa marca registrada made in Scaloni de pararse alto en el campo, de recuperar rápido la pelota, de darle circulación a un toque, de aprovechar la magia de Messi. Lo consigue de a ratos, cuando antes lo conseguía muy seguido. Son síntomas bastante claros y estas horas de dificultad pueden ser una oportunidad para seguir buscando variantes, algo que el entrenador viene intentando.

La idea de potenciar la competencia interna sigue siendo el leitmotiv de todos en Ezeiza. El entrenador, en la conferencia previa a Paraguay, había dejado un precepto para el 2025: “Todos saben que de acá a la siguiente fecha es importante tener continuidad más allá de dónde jueguen. Necesitamos que todos tengan continuidad”, resaltó el DT. La Selección hoy tiene algunos jugadores que no gozan de titularidades en sus clubes (Montiel y Paredes, por citar un par de ejemplos de los campeones siempre convocados) y otros que no pasan por sus mejores estadíos en sus instituciones (Enzo y De Paul).

La Selección empezó con su lógica transición. Aún está fresco el retiro de Di María, pero también han dejado de ser parte Armani, Guido Rodríguez, Ángel Correa, Foyth y, en menor medida, Dybala y Acuña. Hay una renovación en marcha, pero a los jóvenes hay que darles minutos y experiencias para que se curtan: no es fácil jugar en el mejor seleccionado del mundo desde hace dos años. Ya tuvieron sus chances -y las seguirán teniendo- Garnacho, Thiago Almada, Nico Paz, Castellanos, Balerdi y Valentín Carboni, pero no se debe apurar los procesos.

La Scaloneta sintió también el desgaste de una racha de lesiones post Copa América que ha complicado el panorama. En las últimas tres fechas FIFA, cada vez que el entrenador dio una lista se cayeron entre cinco y ocho jugadores por problemas físicos. Para estos dos partidos el técnico no tuvo a disposición a Pezzella, Lisandro Martínez y Nico González, tres indispensables. Y Lo Celso y Cuti Romero llegaron con lo justo. Se viene Perú y, seguramente, habrá algunos cambios obligados (Cuti y quizás Taglia) y también otros por decisiones futbolísticas.

La Selección goza de buena salud, está bien -puntera en las Eliminatorias y mareada de vueltas olímpicas-, pero es tiempo de hacer algunos chequeos para llegar en la mejor forma al gran objetivo: el Mundial 2026.