Fluminense buscaría convertirse en una SAF, las SAD de Brasil: las razones

Hace poco más de un año, Fluminense levantó la primera Copa Libertadores de su historia tras ganarle la final a Boca por 2-1 en la casa que comparte con Flamengo: el Maracaná. Y meses después, ya en 2024, levantó la Recopa Sudamericana ante Liga de Quito, al que venció también por 2-1. Pero después de esa etapa de apogeo y gloria, cayó en picada: llegó a estar último por ocho fechas consecutivas en el Brasileirao, quedó afuera en octavos de la Copa de Brasil y en cuartos de la Libertadores, y todavía lucha por no descender.

Un 2024, más allá de esa Recopa, para el olvido. Y tan fuerte impactó el bajo rendimiento (potenciado, claro, por el temor a descender) que el Flu, que desde 1926 se constituyó como una sociedad civil deportiva y cultural, pisó el acelerador en su idea de transformarse en una Sociedad Anónima de Fútbol (SAF), las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) de Brasil.

Si bien la idea ya estaba desarrollándose desde hace dos años, a raíz de deudas no saldadas, fue el fuerte golpe de este 2024 el que, lógicamente, le dio aún más vida a esta posibilidad. En una conferencia de prensa a principios de octubre, Mário Bittencourt, presidente del Fluminense, reveló cómo venía este proceso y cuáles eran sus objetivos.

«Para que quede muy claro, en nuestro modelo buscaremos el saneamiento definitivo del club, para que el club pueda empezar de cero. El inversor que vendrá sabe que una parte del dinero que buscamos es para saldar definitivamente las deudas del club, y la otra parte para invertir en fútbol, ​​y poco a poco, con el tiempo, a medida que la deuda se vaya acabando, todo el dinero se invertirá en fútbol, ​​exactamente como lo hace, que considero un modelo SAF muy inteligente, el de Bahía con el City Group; primero el pago de deudas, luego, a largo plazo, la inversión en el equipo de fútbol. Está muy claro. Vean que Bahía formó un buen equipo, pero no un equipo que gasta más dinero del que gana. Es crecimiento. Hay un camino para la perpetuidad del Fluminense», indicó Bittencourt.

Y pese a que en las últimas horas circuló esta idea ya como un hecho, O Globo, medio brasileño, sostuvo que nada sucederá hasta el 2025, no solo porque de momento no habrían inversores, sino porque Fluminense todavía debe afrontar las últimas cinco fechas del Brasileirao, en donde peleará para salvarse del descenso (los últimos cuatro equipos pierden la categoría), al que actualmente le escapa por apenas un punto: se ubica 14° con 37 unidades y el primero en los cupos de descenso, Athletico Paranaense, está 17° con 36.

En esa dificultad para encontrar inversores, medios partidarios del Fluminense sostienen que se debe al modelo de SAF que pretende Bittencourt, más similar al sistema alemán, con el 51% del reparto accionario para los socios y el 49% para los inversores.

Y son cautelosos en Fluminense, club fundado en 1902 por la aristocracia brasileña en Laranjeiras, uno de los barrios más viejos de Río de Janeiro, a la hora de hablar de esta posible transformación a una SAF. Lógicamente, por ser una institución que desde la década del 20′ en adelante se mantenía como una sociedad civil deportiva y cultural, la sumersión en este modelo de Sociedades Anónimas se maneja con precaución puertas adentro (las declaraciones de Bittencourt parecen evidenciarlo aún más), más allá de que todo indica que está camino a ser una realidad.

Será el 2025 el que dictaminará si este histórico club, que llegó a ser el más ganador de Río de Janeiro hasta ser superado por Flamengo (38 Campeonatos Cariocas contra 33 del Flu), y que en 2023 consiguió su primera Libertadores ante Boca en un choque de asociaciones civiles sin fines de lucro, pasará a ser una SAF. Un modelo instalado en 2021 desde Brasil y que ya adoptaron, por caso, los dos equipos finalistas de esta Libertadores 2024: Atlético Mineiro (con Rubens Menin y su constructora MRV) y Botafogo (con el estadounidense John Textor y su empresa Eagle Football Holdings).

Fue en 2021 cuando en Brasil se estableció la ley de Sociedades Anónimas de Fútbol (SAF), que le permitía a aquellas asociaciones civiles que tuvieran la intención, transformarse en Sociedades Anónimas precisamente. No es obligatoria, es por eso que Flamengo o Palmeiras, por ejemplo, aún se mantienen como clubes.

Con la nueva ley, equipos como los ya mencionados Atlético Mineiro y Botafogo, Vasco da Gama (777 Partners) y Cruzeiro, comprado por el histórico Ronaldo en 2021 y vendido por él a Pedro Lourenço, propietario de la cadena de supermercados Supermercados BH en abril de este año, son algunos casos de SAF en el Brasileirao.

Aunque la ley tiene algunas puntualidades para evitar uno de los grandes temores de los socios: los rasgos vinculados a la quita de la identidad. Por ejemplo, se le otorga el voto afirmativo perpetuo al club original si se trata de tomar decisiones dentro de la SAF que incluyan cambios en el nombre del club, símbolos, himnos, colores y, desde luego, la reubicación de la sede a una ciudad diferente.

De todos ellos, el que más disfruta de su presente bajo el modelo de SAF es Botafogo, que tras el arribo de Textor, quien recientemente brindó una charla en el Olé Sports Summit sobre su trabajo allí, armó un súper equipo con figuras como Luis Henrique y Thiago Almada y está ante la oportunidad de ser campeón de la Libertadores por primera vez en su historia.

Y hasta podría tener triple festejo, puesto que este año ya ganó el Carioca Serie A y se encuentra líder del Brasileirao con 68 unidades.

Ya sea Botafogo o Mineiro el que gane la Libertadores, será una SAF la campeona y se romperá la racha de cinco títulos consecutivos obtenidos por asociaciones civiles brasileñas: Flamengo (2019 y 2022), Palmeiras (2020 y 2021) y Fluminense (2023).