El tremendo final de Uruguay 3 – Colombia 2

El estadio Centenario no estuvo repleto, por lo que es de imaginar que muchos fans de la Celeste se arrepintieron de no haber invertido unos pesos para presenciar el vibrante final del partido que Uruguay le ganó 3 a 2 a Colombia, en una definición infartante, con chequeos del VAR y enorme angustia no solo de los hinchas, sino también de los futbolistas.

Esta novela del suspenso tuvo un prólogo: el golazo de Juanfer Quintero de tiro libre en el primer tiempo. Después, en la etapa final, la enorme reacción de los de Marcelo Bielsa para dar vuelta el resultado en poco tiempo: gol en contra de Sánchez a los 12 minutos y el 2 a 1 de Rodrigo Aguirre, delantero del América de México, de un zurdazo en el área, a los 14 minutos.

Los charrúas decidieron no replegarse, marca registrada de los equipos del Loco en estas circunstancias. James Rodríguez y Rafael Santos Borré ingresaron para los Cafeteros. Uruguay empezó a sufrir el embate de los de Néstor Lorenzo, también buscó capitalizar los espacios para la contra y a veces lo consiguió. Camilo Vargas le sacó una in extremis a Pellistri. Uruguay pidió penal por una mano. Siga, siga…

Y esa continuidad fue con Colombia en plenitud de sus energías. Entonces, se vivió un final de una intensidad descomunal, tremendamente vibrante. Iban cinco minutos de descuento, un centro al área, la bajó Muñoz, Borré la bancó, Mogica la tocó, Borré la pellizcó y Andrés Gómez empató, en otra mala respuesta del arquero Rochet.

Hubo una locura colombiana en el festejo. Pero Uruguay reclamó por una falta previa de Yerri Mina. El referí Kevin Ortega esperó la confirmación desde la cabina del VAR. Demoraron en responder. Los nervios en todas las tribunas del Centenario se sentían en la piel de los futbolistas que trataban de presionar al juez peruano para que vaya al monitor. Pasaron dos minutos y el pito señaló la mitad de la cancha.

La tremenda desazón charrúa se potenciaba por la creencia de que Uruguay sacaba del medio y el partido se terminaba. Se habían jugado los siete minutos que había adicionado el referí. Pero Uruguay fue por última vez, otra vez por la victoria que parecía extinguida en un final inesperado.

Aunque había un resquicio del alma que llevó a la Celeste hacia el arco de Vargas. Hubo un centro al área, la pelota picó, no la rechazaron, Darwin Sánchez la tocó y le quedó, ¡libre!, a Ugarte. El derechazo venció la resistencia del arquero visitante.

Entonces, hubo otra explosión en el Centenario. Ya con 15 minutos de descuento. Aunque también un nuevo episodio de angustia porque el referí esperó la confirmación de sus compañeros de cabina. No estuvo claro si se buscó chequear un posible empujón u offside previo. Cuando señaló la mitad de cancha, el gol se volvió a gritar…

Cuando el referí señaló el final del partido, tras otra pelota que Colombia mandó al área, que pudo originar otra arritmia futbolera, Bielsa festejó con un puño apretado que estuvo muy por encima de sus medidos festejos a los que nos tiene acostumbrados. Justificado…

Ahora, Uruguay se mira en el segundo puesto en las Eliminatorias, con una victoria que sin dudas puede resultar tonificante en la autoestima de los jugadores, porque se consiguió con angustia y resultó una demostración de la resiliencia de cada uno de ellos para no rendirse.