Era refuerzo de Boca, Riquelme le bajó el pulgar y hoy es figura en Sarmiento

Fueron muchos años en los que imaginarlo con la camiseta de Boca subiendo -otra vez- por el túnel de la Bombonera, era un sueño difícil de alcanzar. Su carrera, siempre en ascenso, lo llevó a jugar bajo los grandes flashes de Europa y le dio la chance de ser un asiduo jugador de la Selección Argentina desde los tiempos del Coco Basile hasta el ciclo del Tata Martino. Y cuando el camino lo podría haber llevado de regreso a su primer hogar en el fútbol, un hecho extradeportivo lo terminó dejando afuera.

Es queNicolás Gaitán estaba apuntado por Nicolás Burdisso para convertirse en uno de los refuerzos del Boca 2020 junto al peruano Paolo Guerrero. Sólo faltaba un detalle para la firma de contrato y la vuelta al club que lo vio nacer, exactamente una década más tarde. Claro, ese detalle era nada menos que la elección que Jorge Amor Ameal le ganaría a Cristian Gribaudo en diciembre de 2019. Y que terminó siendo el retorno al club de Juan Román Riquelme.

La paradoja es que el proyecto futbolístico de Román tuvo impronta propia y por eso Nico no pudo volver a compartir el día a día con quien -en sus inicios- tuvo tal relación que ambos siempre se refirieron con elogios el uno al otro. Por ejemplo, a partir de la anécdota que el hoy presidente de Boca contó reiteradas veces, respecto del día en que se aguantó una lesión -permaneciendo en cancha- con tal de que Gaitán pueda ser el último cambio y que la Bombonera lo ovacione en su despedida, antes de partir a Europa para jugar en Benfica.

«Román me ayudó, me guió y eso yo no me lo olvido nunca más”, le dijo Nico a Olé en julio último, dejando en claro que aquella flecha que lo dejó sin segundo ciclo azul y oro no dejó ningún resquemor entre ambos. Desde su debut en 2008, se puso 79 veces la azul y oro y marcó 13 goles, la gran mayoría desde que Basile lo reconvirtió en delantero. La complicidad con Riquelme queda clara con los números: en 51 de esos encuentros compartieron cancha, con un saldo de 9 goles de NG y 8 de JR.

«Me hubiera gustado volver, no voy a mentir. Y toda la gente que está cerca mío sabe que quería, pero al final es parte del fútbol. Muchas veces vos podés ir a querer jugar a un lugar, pero por muchos motivos no se puede dar. Puede ser que el dirigente o el entrenador tenga otras prioridades y a partir de ahí hay un mundo», fue la confesión de Gaitán en la citada nota a este diario.

A partir de ese frustrado regreso de finales de 2019, la carrera de Gaitán tomó un rumbo inesperado, ya que al terminar su etapa en China había recalado en la MLS y sumado un frustrado regreso a Europa, desde donde en 2021 (ocasión en la que tuvo chances de volver), llegó a Peñarol de Montevideo. Desde entonces, el paso del tiempo y algunos problemas personales lo alejaron del centro de la escena, y tras una incursión en la Kings League por intermedio de su amigo Kun Agüero, llegó el tiempo de tener otra chance en el fútbol argentino, ya habiendo cumplido los 36 años.

Desde su llegada a Junín, Nico jugó 10 partidos y anotó un gol (ante Gimnasia, en el empate 1-1), además de haberse ganado un lugar en el equipo que actualmente está en transición entre la salida de Israel Damonte y el posible arribo de Rodolfo De Paoli. Aunque lo especial este domingo será el reencuentro con su vieja camiseta, esa que defendió desde los nueve años y que aquel 9 de mayo de 2010 (en la derrota 2 a 1 ante Huracán en la Bombonera) usó por última vez. Esta, será la primera que los caminos de Gaitán y Boca se vuelvan a cruzar. En veredas opuestas, pero con la certeza de haber dejado cada uno una huella muy fuerte en el otro.