El emotivo recibimiento de Central a Miguel Ángel Russo

Gigante. El estadio. La fiesta. El aplauso conmovedor. El “gracias” que se hace sentir de diferentes formas. Gigante es él, que agradece mientras intenta contener su emoción. «Vení, vení… Cantá conmigo, que un amigo vas a encontrar, que de la mano de Miguel Russo todos la vuelta vamos a dar…», se escucha. Noventa y nueve días pasaron desde aquel adiós a través de un video. Adiós que, en realidad, fue un hasta luego: aunque ahora sea entrenador de San Lorenzo, el entrenador jamás se irá del todo de Rosario Central. Y quedó demostrado este sábado en una bienvenida a casa descomunal.

Gigante fue Central. Que le abrió los brazos a sus ex dirigidos y al CT de Matías Lequi. Y también a la gente, que le retribuyó con su sonrisa característica ese afecto extra large. Caminando la hierba de Arroyito como quien se pasea descalzo por el living de su casa, aunque con la extrañeza de hacerlo como una visita. Raro, para él, que vivió tantas cosas en la fracción canalla de Rosario. Donde es prócer y quedó demostrado por el grito de las 45.000 personas presentes.

«¡Qué lindo verte acá!», le dijo Fatu Broun, el arquero al que le tocó aconsejar hasta hace poquito. Uno de los tantos gestos de afecto que Russo recibió en el campo de juego, sonriendo, recibiendo una plaqueta de parte de la Comisión Directiva de Central. Otro guiño para un hombre que a los 68 años fue venerado.

Cinco períodos como entrenador tuvo Russo en Central, el segundo en cantidad detrás de los 608 dirigidos por don Ángel Tulio Zof, a quien sucedió allá por 1997 arrancando su camino en Rosario. Etapas que incluyeron un campañón que le permitió al Canalla zafar del descenso y meterse en las Copas Libertadores y Sudamericana 2004, un ascenso a Primera luego de tres años en la B Nacional y un título, el último del club, en la Copa de la Liga 2023. Con el dato estadístico de nunca haber perdido un clásico contra Newell’s.

Por eso queda chico cualquier homenaje aunque siempre sea pertinente hacérselos. Porque Miguel es un hombre que quedó guardado en el corazón del hincha. Un hincha que sufrió cuando el 2 de agosto, Russo comunicaba a través de un video que “con dolor” entendía que era “momento de dar un paso al costado”, aclarando que era “una decisión mía” y “lo mejor para el club”.

Un clip en el que Russo al mismo tiempo les daba un abrazo a la distancia y “agradecerles todas las muestras de cariño” a esos fanáticos que siempre lo apoyaron. “A la gente le agradezco enormemente todas las veces que estuve y entiendan este momento mío, que yo lo entiendo más por el club que por mí. Y uno sabe cuando toma este tipo de decisiones”, agregaba el deté en aquella sorpresiva salida.

Su pueblo, al que le dedicó aquellas palabras cálidas, le devolvió el gesto este sábado. Entonando su nombre al cielo rosarino. Dedicándole alguna pancarta, un grito, una lágrima. Creando una fiesta más para recibir a un tipo querido. A un tipo de la casa. Una casa tan Gigante como la bienvenida que le preparó a Russo.

La tarde de la bienvenida de Russo fue también la del adiós al interinato de Matías Lequi: el ex defensor, quien se había hecho cargo del plantel de Central luego de la renuncia de Miguel, le dejará el silbato y la carpeta a Ariel Holan, quien asumirá la conducción del grupo a partir de la próxima semana.

Holan aceptó la propuesta que le elevó Central y el lunes será presentado oficialmente como el nuevo DT del primer equipo. Para evitar acelerar procesos, el Profesor no estuvo presente en el Gigante para ver el encuentro entre Central y San Lorenzo y tomará su primer contacto cara a cara con los jugadores cuando encabece su primer entrenamiento en Arroyo Seco.