Las obligaciones de Boca sin el peso de River en la Copa

Y ahora, se presenta escenario. En se reflejo, en esa comparación, en ese mirar para el costado, Boca de repente se sacó una carga de encima. Si todo lo que le pasa a uno repercute en el otro, la eliminación de River evitó que la crisis futbolística del xeneize se potenciara aún más y que el cierre de este 2024 se convierta en una pesadilla. Sin embargo, eso no le quita sus propias obligaciones. Lejos en la Liga (a 13 puntos de Vélez) y todavía sin el boleto para la próxima Libertadores (el objetivo que no se negocia), el final del año pondrá la lupa en Fernando Gago y en la gestión de Juan Román Riquelme.

Pintita, aun con el crédito del DT recién llegado, tiene la obligación de levantar al equipo. Incluso, de conseguir lo más pronto posible su primera victoria. Es cierto, en estos tres partidos que no pudo ganar (derrota con Tigre y empates con Gimnasia y Riestra), al menos se consiguió la clasificación a la semifinal de la Copa Argentina. Y no es poco. Porque es ahora la ventaja que Boca tiene a favor, incluso sobre River (que sólo le queda la tabla anual), para meterse en la Libertadores 2025. Sin embargo, también es verdad que ahora no pude fallar.

Sin chances de pelearle el torneo a Vélez, Boca sí está obligado a sacar al líder de la Copa Argentina, más teniendo en cuenta que en la final espera Central Córdoba. Más allá de que el equipo santiagueño atraviesa un buen momento (13 partidos sin perder, con ocho triunfos), es un rival que por su talla le generá al Xeneize todavía más presión en el caso de acceder a la definición. Si eso pasa, es un título que no se le puede escapar.

Pero primero lo primero. Y en ese sentido, Gago necesita que hacer reaccionar al equipo desde lo futbolística. Hasta ahora, le puso algo de su impronta ofensiva. Sin embargo, sigue sufriendo el mismo mal de la era Diego Martínez: la falta de contundencia. El Xeneize no lastima a su rival y eso lo paga con puntos valiosos. Por eso, la gente estalló como nunca en la Bombonera contra Riestra. Porque vio cómo, pese al nuevo DT, hay situaciones que todavía no logran modificarse.

Por eso, el partido contra Lanús en la Fortaleza será un gran desafío para Gago y los suyos. Porque ahora sí, llegó la hora de ganar. Los tres primeros partidos, todos en poco tiempo, uno detrás de otro, incluso con una final en el medio, le dieron paso a la primera semana larga del DT al frente del equipo. Y entonces, la expectativa está puesta en que el domingo, a partir de las 19, se vean mejoras sustanciales.

Indudablemente que la eliminación de River no sólo tiene su impacto en la parte deportiva, sino también de gestión. El Millo en la final hubiera caldeado todavía más los ánimos y la impaciencia del hincha xeneize, que el domingo ya explotó con el empate con Riestra. Y si bien todavía no hubo ningún reclamo explícito a Riquelme (ni posiblemente lo haya en el corto plazo), está claro que esa queja lo roza. Y lo involucra.

Porque varias de las cuestiones que la gente expone en su crítica tienen que ver con las decisiones que tomó como responsable del fútbol del club: refuerzos de baja talla, entrenadores que no estuvieron a la altura y demás…

Por todo, sin River ante la chance de ganar una Libertadores durante su proceso como presidente de Boca, Román ganó aire. Sin embargo, no está liberado todavía del costo político que le pagará si el equipo no logra meterse otra vez en la Libertadores 2025. Otro año sin la Copa top para Boca, sería un golpe durísimo para una gestión.

Está claro que el superávit de un balance ningún hincha sale a festejarlo como un título, nadie va al Obelisco por eso. Y así, más allá del positivo saldo económico que arrojó la última Asamblea, lo que manda es el fútbol. Y en su caso, en una etapa sin títulos todavía como presidente, la necesidad sigue siendo la misma. Porque las críticas a su conducción hoy están ahí, a flor de piel, casi como nunca antes.

Por todo, el alivio que generó la eliminación de River tiene su impacto hasta ahí. Le saca a Boca cargar con una mochila extra muy pesada, muy condicionante, pero no lo exime de su obligación: cerrar el fin de año con un título ((la Copa Argentina) o con el boleto a la Libertadores 2025…