La tremenda racha de De Felippe en Central Córdoba

La apuesta de Central Córdoba había sido por un entrenador desconocido en el medio: el colombiano Lucas González Vélez. El ex América de Cali fue un fiasco: siete derrotas y un empate en la Liga Profesional. En Copa Argentina, dio la sorpresa al eliminar a Estudiantes, el último campeón.

Para la dirigencia del Ferroviario no había manera de sostener al Cafetero. Se apostó a un entrenador con pasado en el club, con experiencia en pelearla de abajo, Omar de Felippe. El revulsivo resultó determinante, con números asombrosos: al superar a Huracán en la semi de la Copa, 2 a 1 en San Nicolás, el equipo de Santiago del Estero acumuló siete victorias consecutivas y 12 de invicto. Ya olvidado del puesto de descenso, más allá del regalo absurdo de la AFA al anular las pérdidas de categoría en plena competencia.

El arranque de Omar fue negativo, con la caída 1 a 0 de visitante frente a Deportivo Riestra. Y la recuperación se ejecutó rápidamente. Se le ganó 2 a 0 de local a Defensa y Justicia. Luego, empate 1 a 1 de visitante frente a Lanús y victoria 3 a 2 frente a Newell’s en el estadio Madre de Ciudades. Siguió un empate de local, 0 a 0 contra Banfield y otra igualdad, 1 a 1 con Godoy Cruz en Mendoza. Y ahí empezó la racha.

Central Córdoba 2 – Instituto 1 (Liga)

Central Córdoba 2 – Temperley 1 (Copa Argentina, cuartos de final)

Sarmiento 1 – Central Córdoba 3 (Liga Profesional)

Central Córdoba 2 – Barracas 1 (Liga Profesional)

Unión 0 – Central Córdoba 2 (Liga Profesional)

Central Córdoba 2 – Independiente Rivadavia 0 (Liga)

Central Córdoba 2 – Huracán 1 (Copa Argentina, semifinal)

«No tengo mucho marketing, pero todos nos conocemos. A veces el humo se apaga con agua y a veces con otras cosas. Es parte del juego», opinó. Acá, pareció que hubo un pase de facturas para alguien a quien no mencionó.

«Yo no hice nada, nos juntamos todos y nos propusimos mejorar. Es todo de los jugadores. Uno los entrena y ellos se encargan. A veces les rompemos mucho las pelotas. Queremos que mejoren porque es una carrera de diez o doce años y hay que ayudarlos. Con las limitaciones que tenemos, vamos. Esto es un premio para todos», afirmó el entrenador del Ferroviario.

«Valoro mucho lo de estos pibes. Juegue quien juegue, los que entran, rinden. Desinhibidos. Está lindo este momento y hay que disfrutarlo», agregó.

«No hay que tener vergüenza, yo también vengo del ascenso y nos preparamos para ser mejores y darles un poco más, hay que prepararse y creer. Sin miedo a las variantes. Encontramos una forma que sale bien. Es un equipo que le hacen pocos goles», dijo Omar.

«Al margen de los números, nos sentimos cómodos con lso chicos. Nos respetamos. Yo me descontracturé con muchos chicos jóvenes, hoy la juventud es otra, tenés que estar cerca. Tienen muchos kilombos los pibes y hay que darles una mano. Ellos les responden al club y a todos. Nos da placer ser parte», aseguró.

«Acá veo mucha humildad. Los pibes están convencidos y el equipo sabe lo que quiere», valoró el técnico.

«Hoy, cuando nos animamos a jugar, hicimos las cosas muy bien. Este equipo juega bien. Aunque nos ganen un partido siempre estoy ilusionado porque estos pibes van al frente», sostuvo De Felippe.

El triunfo ante Huracán en San Nicolás tuvo una particularidad: el gol del empate fue de Atencio, jugador cedido a préstamo por Independiente, que buscó que tenga continuidad. El 2 a 1 fue de José Florentín, el paraguayo que fue despedido por Vélez luego de una denuncia de abuso sexual y que intentó volver a jugar a su país pero no pudo porque la Justicia no lo autorizó a salir del país. Sí, dos descartes de otros clubes le sirvieron al Ferroviario para pasar a la final de la Copa Argentina.

El lunes próximo, el Ferroviario vuelve a jugar por la Liga Profesional. Otra vez contra Huracán, en Parque Patricios.