La otra polémica en Tigre-Boca: el 2-0 anulado al Matador por offside

Hay dos situaciones que son difíciles de entender. Está claro que la primera impresión del Boca de Fernando Gago no es buena. El equipo luce desarmado, totalmente desconectado entre sus líneas. A ello se le suma el bajo nivel de varios jugadores, entre ellos, Ignacio Miramón, una pieza que el DT considera clave para el funcionamiento del equipo, pero que no mostró su mejor nivel en Victoria. Y la gran muestra de ello fue un ataque de Blas Armoa, que durmió a toda la defensa Xeneize tras un pelotazo desde el fondo del equipo de Sebastián Domínguez, que marcó el 2-0, pero Fernando Echenique lo anuló por offside del delantero.

La imagen es muy pobre. El primer tiempo del equipo de Fernando Gago no fue para nada bueno. El once que puso Pintita lució desconectado, sin fútbol, sin asociación y sobre todo, muy descoordinado. En varios momentos del encuentro, Boca quedó partido, dejando mucho espacio entre sus líneas, algo que aprovechó a la perfección Tigre.

Y la muestra de dicha desconexión se vio sobre el final del primer tiempo. Blas Armoa, que había ingreso en lugar de Florián Monzón, que se retiró con una dura lesión en su rodilla derecha, durmió a toda la defensa de Boca. El delantero apareció por delante de Marcos Rojo, que no lo vio venir y quedó mano a mano con Sergio Romero, que en ningún momento salió de su arco y esperó casi en la línea el disparo del paraguayo.

Claro, tras el gol de Armoa, que definió resbalándose, el juez del encuentro levantó la bandera marcando un offside previo del punta del Matador. Si bien Armoa estaba en offside antes del rechazo de su compañero, se volvió a meter en zona de habilitación para luego convertir el 2-0.

Pese a ello, el cuerpo arbitral determinó que había existido fuera de juego del guaraní, algo que en ningún momento se pudo ver en la televisación oficial y que generó polémica en los hinchas del Matador.