Borja, al receso sin cortar su sequía goleadora

De convertir goles de todas las formas posibles y alcanzar métricas a la altura de los mejores goleadores del mundo como Mbappé y Haaland, a pasar 425 minutos sin gritar. Miguel Ángel Borja está muy lejos de esa versión de killer letal que ya metió 27 en el año y estiró su segunda peor sequía en River. Justo en su partido número 100 en el club y en la antesala del receso por fecha FIFA, que buscará aprovechar para modificar su tendencia de cara a la Libertadores.

El delantero colombiano de 31 años no la mete desde el 4-1 contra Atlético Tucumán (el 13 de septiembre) y en Vicente López sumó cinco partidos sin festejar: la serie ante Colo Colo en la Copa, el Súper en la Boca, Talleres y Platense. Esta mala racha del Colibrí solo es superada por la que atravesó en abril de este 2024, de 459’.

En Vicente López, el #9 no desperdició situaciones tan claras como lo hizo en los cuartos de final de la Libertadores contra Colo Colo o en la Bombonera, aunque contó con un par de chances algo forzadas que tampoco terminó con el oficio u oportunismo de goleador que lo destacan. En una, por caso, se arrojó al piso para rematar al arco con un disparo a las manos de Cozzani que se pareció más a un centro; en otra ocasión, no llegó a impactar con precisión un centro de Colidio en una jugada que el mismo MAB había iniciado con una buena habilitación para el #11.

Esa maniobra de pivoteo del Colibrí fue su participación más efectiva en combinación con sus compañeros en la elaboración de juego, ya que en el primer tiempo la habían rebotado la mayoría de las pelotas que intentó distribuir de espaldas al arco.

Es cierto que el cerrado de Platense y la escasa lucidez y precisión colectiva no resultaron favorables para que el ariete cortara su sequía. Pero también es cierto que en sus momentos de estado de gracia el colombiano la metía hasta con remates pifiados o rebotes en accidentales en rivales. Por eso, Borja afronta el desafío de recuperar su confianza y su efectividad con un arduo trabajo con Marcelo Gallardo durante el receso.

Debe volver a creer para volver a ser Miguel Ángel.