28/03/2024 12:10hs. Actualizado al 28/03/2024 15:35hs.
Un día, Sebastián Domínguez decidió salir de la zona de confort que era la TV. Participaba como panelista en programas y comentaba fútbol en transmisiones en Espn pero soñaba con ser entrenador. Hasta que un llamado de Hernán Crespo para integrar su cuerpo técnico fue lo que necesitó para dejar el traje de la tele y ponerse el buzo de ayudante. Hoy, a los 43 años y tras esa exitosa aventura en el fútbol de Qatar, el ex defensor de Newell’s, Corinthians, Estudiantes, América de México, Vélez y la Selección Argentina, se larga al desafío de dirigir. Y en esta charla con Olé, en la que se lo pudo notar muy entusiasmado y apasionado por su nueva función, contó varias cosas de ese entrenador que pretende ser.
-¿Cómo fue esa experiencia con Crespo en el Al-Duhail de Qatar durante casi un año y medio? Ganaron tres títulos.
-Muy buena. Lo primero que me sorprendió fue el contexto, totalmente distinto al fútbol argentino. El contexto social, cómo llega un chico a Primera, todo… Y desde lo futbolístico buscamos ser un equipo con mucha intensidad, que tuviera un ADN que rompiera con lo que eran los equipos dominantes de Qatar, que jugaban muy bien al fútbol y con mucha posesión… El nuestro, cuando llegamos, era un equipo que tenía mucho juego posicional, que contaba con jugadores muy técnicos, pero buscamos un juego de muchas transiciones, más intenso. Los jugadores, acostumbrados a la tenencia, se adaptaron a recibir la pelota, perderla y luego recuperarla rápido para volver a atacar. Lo logramos y eso te genera una satisfacción muy grande.
-¿Cómo eran los entrenamientos para lograr esa adaptación a otro estilo?
-Hacíamos mucho hincapié en lo físico, aunque siempre eran trabajos con pelota. Físico de reducidos, tenencias, a veces con finalización, a veces sin… Pero enfocados en que si se perdía la pelota, había que recuperarla rápido. A mí me gustan los equipos con mucha dinámica. Y a la distancia, cuando volví a Argentina, pensaba: «si lo pudimos lograr en Qatar, ¿por qué no podemos lograrlo acá?».
-¿Qué te dijo Crespo cuando le dijiste que querías largarte solo a dirigir?
-Hernán es un tipo muy intuitivo. Al segundo mes allá me dijo: «Seba, vos vas a dirigir en algún momento. Vos tenés otras inquietudes y yo no te veo como ayudante de campo en un futuro». Lo tomé y se lo agradecí muchísimo. Yo había dejado la tele por un llamado suyo para integrar su cuerpo técnico. Cuando él había agarrado Banfield, un tiempo atrás, fui a charlar con él y ese día me dijo que yo tenía que meterme a dirigir, que eso era lo mío. Tenía razón.
-¿Cuándo comenzaste a prepararte y cómo fue el armado de tu cuerpo técnico?
-Cuando volví de Qatar, en mayo del año pasado, empecé a armar mi cuerpo técnico. Sumé a Emiliano Papa como ayudante, al profe Colman de preparador físico y a Matías Bassi que es el metodólogo. Necesito a alguien al que yo le pueda cargar en una computadora mil trabajos diferentes, seccionarlos en distintos contenidos y el día de mañana, para ser más práctico, decirle: «Matías, hoy hacemos posesión, necesito dos trabajos de posesión sin finalización» y ahí tener una batería de 30 ejercicios para elegir y optar por el más acorde al rival que vamos a enfrentar. Me gusta mucho esa manera de trabajar, con esa metodología.
-Se dice que para ser entrenador hay que matar al jugador que sigue vivo dentro de uno. ¿Lograste eso?
-En Qatar era de hablar mucho con los jugadores y tenés de todo. Está el que te llega tarde cuando ya arrancó la entrada en calor… Pero en el trato, siempre lo hacía desde el lugar de cómo me gustaba que me trataran a mí cuando jugaba. Yo era empático con los técnicos que creía que eran justos, que era cuando había una coherencia entre lo que decían y las decisiones que tomaban. Creo que para que un plantel tenga una solidez en el día a día, el punto de partida es la igualdad en el trato. Puede haber un crack con el que podés tener cierto trato diferente pero ese tipo de jugadores son el 0,01% en el mundo. Vos no podés pedirle un esfuerzo a un jugador y que ese jugador piense: «ah, pero el otro día a Pedrito se lo dijo de otra manera». Es verdad que no es lo mismo hablarle a un chico de 18 años que a un jugador ya consolidado y con mucha experiencia. Por ahí a uno le tenés que entrar por un lugar y al otro, por otro. Pero siempre tenés que ser justo.
-También se dice que el éxito de un entrenador, más que en su conocimiento táctico, está en el manejo de vestuario, en la gestión del grupo.
-Hoy, en cuanto al día a día, te diría que me gusta más esa gestión que el trabajo en el campo. El trato diario con el jugador, poder descubrirlo… En un plantel normal tenés 25 tipos diferentes, de diferentes contextos… Lograr una comunión y que se sientan cómodos con la persona que les habla es lo más difícil en el fútbol. Coincido con que el manejo del grupo es lo más complicado y el desafío más grande que tiene un entrenador. En lo táctico, entre los de élite, no hay tanta diferencia. Por eso es clave cómo manejás los egos.
Sebastián Dominguez – 28-3-2024
Seba Domínguez se lanza como DT
-Ahí surge una palabra importante: el convencimiento. Transmitirle tu idea al jugador y convencerlo para que se comprometa con eso.
-Claro. Si vos me preguntás, mi equipo ideal sería un 4-2-3-1 con extremos a pierna cambiada. Porque si tengo que hacer superioridad numérica por adentro, quiero que vengan a jugar, que jueguen 4 contra 3 por adentro, quiero que los laterales sean muy dinámicos para hacer el ida y vuelta por las bandas. Supongamos que tuviera ese ideal, cuando yo les digo «miren, cuando ustedes vean que el rival está parado 4-3-3 y no está presionado de esa manera, olvídense de las posiciones fijas, venga uno de los extremos a jugar adentro, el otro lateral del mismo lado que estire, generemos esa duda. Vos que tenés la pelota vas a tener que decidir en esa milésima de segundo donde el lateral va adentro con el extremo o espera a nuestro lateral por afuera si está para recibir o no, por ejemplo». Todo muy lindo pero si eso que estás diciendo no le llega al jugador, no sirve. Si el jugador se mete hacia adentro y erra el primer pase, y yo desde afuera miro a la tribuna y hago señas como echándole la culpa, el pibe no se mete más hacia adentro. Dirá «espero el uno contra uno por afuera, que es mi fuerte, desequilibro, tiro el centro y si el 9 no cabecea es culpa del 9». Vos tenés que darle confianza al jugador, permitiendo el error y dándole opciones para que decida.
-Tuviste en tu carrera muchos buenos técnicos para sacarles cosas, ¿no?
-Sí, claro. Sabella, Gareca, Gallego, por ejemplo, que eran todos más gestores de grupo. Y Gaby Milito, más cuando yo lo tuve que fue en sus inicios, que era un tipo muy formado en lo que quería en cuanto al juego del equipo. Era un loco por el fútbol y yo me levantaba todas las mañanas pensando qué voy a aprender de nuevo hoy con él, porque era un técnico que cada día te enseñaba algo diferente.
-Recién hablabas de tu ideal en cuanto al juego. ¿Qué pasa si agarrás un plantel que no tiene las características necesarias para implementar tu idea?
-Para mí, adaptación es evolución. O sea, el entrenador que se adapta y que consigue que a través de esa adaptación el equipo evolucione, habla mucho más del técnico que del equipo. Yo creo que es mucho más fácil ejecutar las cosas que dependen del esfuerzo. Por eso mi metodología está mucho más enfocada en cómo compite el equipo más allá del sistema. Ser competitivo es ser un equipo intenso, que haga esfuerzos y sea ordenado para correr bien. Por ejemplo, para no dejar construir al rival, asfixiarlo… Son pocos los equipos que ante situaciones de presión resuelven rápido y bien. Una cosa es un jugador presionado y otra, no presionado. Si lográs incomodar al rival, ya competís. Y para ir a la siguiente etapa de mayor complejidad en cuanto a tu idea, donde vamos a movernos de diferente forma para dominar, el equipo lo puede hacer porque ya logró ser competitivo y ganó en confianza.
Sebastián Dominguez – 28-3-2024
Goles del Al-Duhail
-La presión alta, incomodar al rival en todo momento, es la clave.
-Ponele que tenés un defensor central rival que sale jugando muy bien aunque es algo confiado. Mi mensaje sería: «muchachos, a este lo vamos a presionar todo el partido. Una se nos va a dar. En una va a salir mal y tenemos que estar listos para aprovecharlo». Tenés otro defensor rival quizá muy bueno en el uno contra uno pero que sufre en los centros laterales. Ahí el mensaje sería: «muchachos, tenemos que poner la pelota 60 veces en el área».
-¿Notás un fútbol argentino muy físico y muy competitivo más allá del nivel de juego?
-Sí. Cuando volví, vi a Newell’s, que debutaba Banega, y me sorprendió el ritmo del partido. Dije: «Lo que corrieron estos pibes. De los dos equipos, eh». Cuando yo hablo de correr, no es sólo ir a presionar. Hablo de dar opciones, de moverte y ser opción para tu compañero que tiene la pelota. Siempre hablo de las dos fases: cuando tenés la pelota y cuando no la tenés. Cuando vos ves a un equipo con 11 tipos predispuestos a ser opción y predispuestos también a presionar, ese equipo por lo general termina bien. Como está pasando con Godoy Cruz ahora. Belgrano y Newell’s también, son equipos que deberían tener más puntos. Y después está River también, donde Demichelis capitalizó muchas cosas de Gallardo.
-Sin embargo, Demichelis tiene resistencia de una parte de los hinchas de River.
-Yo me senté a hablar con él y es un tipo ultra preparado pero a otro nivel. Es un tipo que puede hablar de la capacitación física de los jugadores, de fisiología, de táctica, de nutrición… Un tipo muy formado que por algo dirigió la Reserva del Bayern Munich. Después está la contracara que es agarrar un equipo con una vara tan alta, ¿no? Hay mucha valentía de su parte en agarrar River después de Gallardo. Y también la valentía del club de traerlo porque él venía de otro contexto. River fue, durante mucho tiempo, el mejor equipo de la Argentina. Andá a agarrarlo después de un tipo que ganó todo. No cualquiera asume ese desafío.
-¿Y Boca? El año pasado llegó a la final de la Libertadores y pese a que en el juego no llenaba, el equipo sí fue competitivo como vos decías antes.
-Sí, claro. Competía. Competía en cuanto a la intensidad, a la concentración… Hay algo que es lo más obvio en el fútbol pero lo más díficil de entender: lo único que no podemos controlar es el resultado. Podemos controlar muchas cosas y el resultado a veces viene de un desarrollo coherente en el juego y otras veces no.
Sebastián Dominguez – 28-3-2024
Ping Pong con Sebastián Domínguez
-¿Qué opinás sobre un debate actual en el fútbol vinculado a las libertades de los futbolistas y al fuerte intervencionismo de muchos entrenadores, algo que es visto como que atenta contra esa libertad del jugador?
-Primero, yo creo que el fútbol es de los futbolistas. Lo creía cuando jugaba y me terminé de convencer ahora como entrenador. Nosotros trabajamos pero después en la cancha, el que decide es el jugador. Por ejemplo, tenés a Esquivel de Tigre, que yo creo que es para jugar uno contra uno durante casi todo el partido. En un sistema donde él sea wing, no sé cuántas veces le pediría que venga para adentro como decía yo antes. Por ahí, le diría «vos esperá que nosotros vamos a jugar para llevarte la pelota. Una vez que te llega, arranca nuestro ataque uno contra uno y nosotros vamos a tratar de darte opciones». Después, si no tiene remate, que la opción esté dentro del área o llegando desde atrás. Pero si tenés a un jugador que es de lo más rápido en el uno contra uno, ponelo en esa situación. Dale esa libertad.
-¿Qué fútbol te gusta ver?
-A mí siempre me gustó la Premier por la dinámica del juego. Me gusta el Liverpool, también el City. Disfruto de ver la Premier. Ahora también estoy mirando mucho al Bayer Leverkusen. Y la verdad es que no lo puedo creer. Quisiera preguntarle a Xabi Alonso: ¿qué de esto está pensado? ¿Qué de esto es de la impronta de los jugadores? Porque hay cosas de jugadores adentro, afuera, línea de tres, línea de cuatro, dos volantes centrales, uno… Impactante. Y también miro al Brighton. Trato de ver cosas que me puedan dar soluciones que a veces son aplicables y a veces no. Aunque llegar a un club del fútbol argentino y decir que vas a jugar como el Brighton sería un error. La idea en el fondo podría ser parecida a largo plazo pero decir eso es meterse en un lío por la presión que te generás.
– ¿Estás ansioso por dirigir o tranquilo? ¿Te ves dirigiendo en Argentina?
-Sí, estoy… no sé si es ansioso. Tuve reuniones el año pasado con clubes de Colombia como Junior y Deportivo Cali. Acá en Argentina me reuní con la gente de Belgrano. Está bueno porque aprendo en cada reunión sobre cómo manejarme con un dirigente, qué cosas le puedo decir… sentarme y comunicar lo que quiero sin idealizar y que se entienda. Jugué en México, en Brasil, pero el grueso de mi carrera lo hice en Argentina. Y es un fútbol que, a fin de cuentas, por más que me instruya mucho de otras ligas, el es el que más conozco por haber nacido acá. Cuando sos futbolista es diferente porque yo sabía que clubes siempre había para jugar. Como entrenador, en cambio, tenés que tener más paciencia.
-La última: ¿cuándo fue que decidiste ser entrenador y por qué?
-A mí el fútbol me desgastó mucho, sobre todo en el final de mi carrera que mentalmente estaba muy lúcido pero físicamente no. Sufrí al punto de que subestimé el retiro. Creí que iba a poder vivir sin el fútbol y me di cuenta de que me metí en un gimnasio y empecé a competir, me metí a competir en un torneo de fútbol amateur, corría en bici y competía… Era competir todo el tiempo. Llegué a la tele y competía con los periodistas que eran mis compañeros. Nada me llenaba y siempre pensaba en ser técnico. Y me convencí del todo en Qatar. Entrenar algo y que después saliera en el partido, salir a la cancha, trabajar al aire libre, el olor a pasto, la cancha regada, pelotas por todos lados… Y recordé que por algo todos los técnicos que tuve en mi carrera me dijeron «en algún momento vas a ser entrenador». Y ese momento llegó.
Ejemplos de ejercicios en los entrenamientos:
Sebastián Dominguez – 28-3-2024
Seba Domínguez y un ejercicio de entrenamiento
Sebastián Dominguez – 28-3-2024
Seba Domínguez y un ejercicio de entrenamiento
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Fuente: Olé