27/03/2024 20:59hs. Actualizado al 27/03/2024 21:06hs.
River tiene un ojo en la visita contra Huracán de mañana por la CLP y el otro en el debut de la Copa Libertadores, el martes ante Deportivo Táchira en Venezuela, ya que el domingo por la mañana emprenderá el viaje rumbo a la ciudad de San Cristóbal que le generó varios dolores de cabeza debido a la compleja logística que tuvo que organizar para recorrer los 4.642 kilómetros desde Buenos Aires. Además, a este periplo se le agregó la particularidad de que el plantel tendrá que realizar el entrenamiento del lunes en una cancha de césped sintético.
Debido a que Nicolás Maduro cerró el espacio aéreo venezolano para los aviones con matrícula argentina luego del conflicto diplomático que originaron las declaraciones de Javier Milei en contra del gobierno de aquel país y sin la intervención de la Conmebol para destrabar el conflicto, en Núñez habían evaluado la posibilidad de hacer base en la ciudad colombiana de Cúcuta, pasar las noches de domingo-lunes allí y recorrer por vía terrestre el mismo día del partido los 51 kilómetros hasta el estadio del polideportivo Pueblo Nuevo, donde juega de local el Táchira, el club principal de La Ciudad de la Cordialidad, que cuenta con 282.830 habitantes con conviven en un zona árida a 860 metros de altura y con múltiples carencias que se refleja en su limitada infraestructura para recibir visitantes.
Finalmente, en las últimas horas se tomó la decisión de realizar el viaje en un solo día y dividido en dos tramos. Primero, las 12 horas de vuelo desde Buenos Aires a Cúcuta en chárter y posteriormente un traslado en micro el mismo domingo a San Cristóbal, un trayecto que demanda cerca de una hora y media por ser una zona de montaña. Una hoja de ruta que había hecho Boca en 2009, aunque sin las restricciones actuales.
Cerrado el vuelo a Cúcuta y el alojamiento en un hotel de San Cristóbal desde el domingo hasta el miércoles al mediodía, cuando el grupo emprenderá el regreso con la misma rutina, River se topó con el escollo de no encontrar un campo de entrenamiento ideal para el lunes y no le quedó mejor opción que planificar la práctica previa al estreno en la Copa una cancha de superficie sintética, ya que el único campo de césped natural de la ciudad está en el complejo de Táchira y la otra, en San Antonio (se accede desde Cúcuta y está a 40 kilómetros de San Cristóbal), en el humilde estadio de Real Frontera, de Segunda División y con un terreno regular.
De todos modos, la premisa de este último ensayo es activar el físico y la mente de los jugadores tras el trajín del viaje que el ídolo y actual secretario técnico de River, Leonardo Ponzio, se tomó con cierta gracia para descomprimir el clima. «Tenemos un viajecito… Vamos a Europa y venimos. No podés ir a Venezuela, no podés aterrizar, nada. Sudamérica», dijo el ex capitán y máximo símbolo del ciclo Gallardo.
El desafío de cambiar la racha en el exterior
La premisa de Demichelis en este incómodo viaje a Venezuela, a las pocas horas del duelo contra Huracán por la Copa de la Liga es que los futbolistas sufran el menor desgaste posible, tanto físico como mental, en el traslado para el estreno en la Libertadores porque gran parte de los futbolistas que saldrán a la cancha el martes también estarán contra el Globo en el Ducó. Además, el entrenador afronta el desafío de revertir el antecedente de acumular tres derrotas y un empate en el exterior en la edición 2023 de la Copa.
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Fuente: Olé