28/02/2024 22:38hs.
La Scaloneta entusiasma, nos hace cosquillitas en la panza cuando nos disponemos a verla, todavía disfrutamos de la onda expansiva de los inolvidables días de noviembre y diciembre del 22 y nos predisponemos bien cada vez que va a jugar. En marzo, el 22 y el 26, volverá a hacerlo.
A la vez, parece como si toda esa felicidad se descompensara cuando se arreglan los amistosos internacionales en los que queremos ver a la Selección jugando en serio, midiéndose en serio con los rivales mejor calificados del mundo. Los que nos probarán en esta oportunidad serán El Salvador y Costa Rica. Siempre hay que respetar a todos.
Organizar partidos es seguramente muy difícil, conseguir armonizar los calendarios en las pocas fechas disponibles, tener quienes paguen buenos cachets. Pero nos rompe un poco la cabeza, y se complica de entender, que Argentina, la Selección campeona del mundo, nunca se cruce con rivales acordes con su jerarquía y escalafón.
Más allá de si se cumplen objetivos económicos, es medio de cuarta que la Scaloneta ande jugando partidos con Panamá, Curazao, Indonesia, Australia mientras Brasil va contra Inglaterra; que sus prestigiosos cracks tengan que cruzar de Europa a Estados Unidos para enfrentarse con equipos de la Concacaf.
La Selección es siempre un gran motor en la motivación de sus jugadores. ¿Lo seguirá siendo con esos adversarios? También suele generarles roces con sus clubes propietarios, a los que nada les gusta recibir a sus players fatigados por largos viajes o lesionados. ¡Hagan que valga la pena!
Nos preocupa que Messi pierda competitividad jugando en la MLS; ¿cuánta tensión gana con estos partidos? Jugar con rivales de escala menor fue parte de los roces que hicieron temer los últimos meses que Lionel Scaloni dejara la Selección. Otro motivo para mejorar la gestión de amistosos.
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Fuente: Olé