27/02/2024 06:00hs.
Cuando Gardel iba a ver a Racing, la cosa no era como ahora. Nada de autos de estacionamiento vip con entrada preferencial; mucho menos seguridad privada, guardaespaldas que pelean con fanáticos, jefes de prensa, community manager y todas esas cuestiones modernas. Era otra época. Otro siglo.
Carlitos llegaba al estadio de Alsina y Colón manejando su Graham-Paige sedán modelo 1928, estacionaba y entraba a la cancha junto a sus amigos, caminando en medio de la muchedumbre. Su sonrisa blanca y el sombrero fedora tan distintivo que cubría su cabello, lo delataban. El ídolo popular. Ese que llegó a difundir el tango en Europa se mezclaba con los otros plateístas que se volteaban para verlo mientras subía las escaleras para ocupar una de las tantas butacas del estadio. No quería perderse ningún partido porque allí jugaba su amigo Pedro Ochoa, uno de los ídolos de la Acadé en el amateurismo. Ese que llama “Ochoíta” en su tango Patadura que estrenó en el 28: “Burlar a la defensa, con pases y gambetas, y ser como Ochoíta, el crack de la afición…”.
En 1946 demolieron la vieja cancha de Racing para darle paso al actual Cilindro. Lo único que queda en pie son sus butacas. Esos asientos donde se sentaba Gardel y miraba los partidos de su Acadé, siguen en uso a 120 años de la construcción del primer estadio de Racing. Hoy, son piezas históricas que siguen en uso, en la platea de Argentino de Quilmes. Olé investigó el entramado de esta historia: ¿cómo fue que los asientos históricos terminaron en la platea del Mate?
Piru Cioccale y Raúl Mario Herrera, historiadores del equipo quilmeño, lo cuentan: “Es la primera tribuna de cemento de la Liga Argentina. Eso significa que es la primera dentro de los clubes afiliados”.
Una historia de rebelión contra Inglaterra
Para entender la historia y la relación de este club con Racing, hay que aclarar que la fundación de Argentino de Quilmes fue un grito nacionalista que, a fines del siglo XIX, irrumpió en medio de la primitiva “Football League”. Los equipos afiliados jugaban con costumbres inglesas y detenían los avances de los criollos al no admitir gente que no perteneciera, que no tuviera sus costumbres. A mediados de 1899 existía un equipo de jugadores quilmeños llamado “El Relámpago” que, cansados por las discriminaciones que sufrían en el Quilmes Atletic Club, decidieron fundar una entidad que practicara fútbol, pero con jugadores nativos de la ciudad, para distinguirse de los otros clubes que formaban la “league”. Así, el 12 de Diciembre de 1899 nace el “primer club criollo de la Argentina”, rompiendo las costumbres inglesas que todavía predominaban en aquella época.
De esta manera, la tradición tan british de agasajar a los clubes visitantes con té, pasteles y masas, al más típico “five o’clock” de su “Graciosa Majestad”, fue suplantada en la cancha de Argentino de Quilmes, por el más modesto pero bien criollo mate cocido con bizcochitos; a partir de entonces, y por siempre, se reconocería al club como “Los Mates”. Su argentinidad llevó a esta institución a, en 1908, crear la primera camiseta celeste y blanca a rayas. El mismo año que el seleccionado nacional se calzó los colores que Argentino de Quilmes ya venía luciendo con orgullo.
Sin embargo, tiene una tribuna de arquitectura inglesa que resiste al paso del tiempo. Y dicha construcción, mezclada con las antiguas butacas, invita a viajar en el tiempo: “Es estilo inglés porque hasta que empezaron a hacer las primeras canchas de cemento, todo se hacía en estilo inglés, a pesar de que Argentino de Quilmes es un equipo muy nacionalista”, relata Piru. Además, cuenta que es la primera tribuna de cemento: “Antes de que trajeran las butacas y se convirtiera en platea, fue una tribuna techada, la primera de cemento que tuvo la Liga Argentina de fútbol, que se inauguró el 10 de abril de 1927 en un partido contra San Lorenzo en la Primera División”.
El Mate fue un grande del amateurismo. Jugó en Primera División desde 1906 hasta 1939: 600 partidos. Ganó 196, empató 112 y perdió 292. En la era profesional, desde 1934 en adelante, disputó 59 partidos (9G/10E/40P). Descendió en 1939 y hace 85 años ronda por las distintas categorías del Ascenso.
¿Cómo terminaron las butacas de Racing en la tribuna del equipo quilmeño?
El 12 de abril de 1947, a 48 años de la fundación del club, Argentino recibió 300 butacas de la vieja cancha de Racing luego de que la demolieran para construir el Cilindro. “Tranquilamente en estas butacas se puede haber sentado Carlos Gardel”, cuenta Piru. Por su parte, Sergio Pittis, historiador de Racing, explica de dónde viene la amistad entre estos clubes: “Eran los dos que les hacían frente a los equipos que estaban formados por ingleses. Esto se puede notar en la similitud en la casaca”. La cancha del Mate es un viaje en el tiempo. Su estructura antigua y la pintura descascarada en cada butaca invita a recordar aquellos años, cuando Gardel brillaba y los hinchas se vestían de traje para ir a ver un partido.
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Fuente: Olé