El enigma Rojo: otra lesión sin plazos claros y con poca información

La semana posterior al superclásico, la cual podría estar protagonizada por las buenas sensaciones que dejó el empate en el superclásico, arrancó con algunos pasos en falso para Boca. Porque Diego Martínez no pudo contar con todo el plantel a su disposición.

Pero más que por las situaciones menores que dejaron sin práctica normal a Frank Fabra, Jorman Campuzano, Cristian Lema y Kevin Zenón, lo que realmente preocupa -al cuerpo técnico y a todos en el club-, es la situación de Marcos Rojo y su demorado regreso a las canchas.

Porque ya pasó más de un mes y medio desde su lesión, en la previa al amistoso ante Gimnasia y Tiro (el sábado 13 de enero). Esa noche, se desgarró el gemelo haciendo el calentamiento. En ese momento, mucho se habló de la gravedad de la situación al verlo salir del estadio con muletas, pero el parte posterior determinó esa situación muscular.

«Desgarro del gemelo interno en la pierna izquierda», fue el diagnóstico del departamento médico del club, difundido el lunes posterior a la lesión. Esa confirmación echó por tierra las especulaciones previas acerca de lo que podría haber sacado del partido a MR, que llegaban hasta a rozar la posibilidad que tuviera comprometido el tendón de aquiles.

Esa confirmación dejó el calendario abierto a una recuperación que suponía que el tiempo para volver a las prácticas con normalidad demoraría alrededor de un mes, con lo cual la semana previa al partido con Lanús (la anterior a la del superclásico), Martínez ya podría contar con él.

Y eso fue lo que, en definitiva, sucedió. Porque desde el día anterior a la victoria en la Bombonera frente a Central Córdoba, Rojo volvió a entrenarse con el plantel completo. Pero -en contra de lo que hubiese sido lógico de cara a un hipotético regreso en el superclásico- el DT ni siquiera lo convocó para el partido ante el Granate.

Sin embargo, tras ese partido (hasta acá la única derrota del Xeneize en el año), el propio entrenador había destacado que Rojo «Está ya entrenando casi con normalidad. Se lo ve muy bien, esta en la ultima etapa de recuperación y esta semana vamos a poder contar con él».

Pero el martes de la semana pasada (o incluso antes) algo cambió. Rojo no pudo practicar ni un día con sus compañeros desde el inicio de la semana superclásica y el rumor de una reincidencia de la lesión fue tomando forma. Se habló de la apertura de la cicatriz del mismo desgarro, pero la realidad es que no hubo parte médico alguno ni ninguna explicación oficial. No obstante, en la intimidad del jugador reconocen que la zona «le molesta de nuevo».

Con esa certeza, está claro que no es el mejor momento para el marcador central xeneize, no solo en lo deportivo sino en lo anímico. Eso explica -en parte- el no haber concurrido junto a la delegación el domingo al Monumental. Porque si bien tampoco Pol Fernández se hizo presente en Núñez, en el caso de Rojo su ausencia fue más notoria porque los últimos dos clásicos también los había vivido desde afuera y en ambos (paradójicamente) terminó siendo protagonista.

Sí, aún sin jugar, el capitán estuvo en el banco en la derrota agónica de la Liga Profesional, allá por mayo de 2023, el día que todo terminó en un tumulto al cual Rojo (aún recuperándose de su rotura de ligamentos ocurrida en octubre de 2022), fue parte activa plantándose frente a las cámaras cuestionando la actitud de Agustín Palavecino por gritarle el gol en la cara a Chiquito Romero.

En el partido de octubre, en cambio, lo encontró en plena actividad. Pero para Boca aquel clásico cayó en medio de las semifinales de la Copa Libertadores con Palmeiras. Y Rojito -lejos de perderse el pleito- lo vivió al costado de la línea de cal, cerca del túnel.

Y desde allí protagonizó un show particular que incluyó indicaciones a sus compañeros en cancha y discusiones con Andrés Merlos por diversos fallos. Todo hasta que debió bajar su efusividad a riesgo de irse expulsado por el árbitro.

A 45 días exactos del momento en que tuvo que bajarse de la competencia, no parece lógico que siga fuera de las canchas. Como en su anterior vuelta al fútbol, se demora el regreso mas allá de los tiempos lógicos. Aquella vez, un viaje a Miami para una interconsulta expuso una situación poco clara respecto de su evolución. Ahora, resta esperar que alguien se exprese. O que haya alguna información que aclare el panorama.