Piovi: los secretos del golazo de tiro libre a Lanús

Hubo ensayos atrás. Hubo repeticiones. Hubo tiempo de pruebas cuando otros compañeros estaban en las duchas. Hubo ganas de mejorar. Con desafíos que, en un clima distendido, se planteaban frente a otros competidores que también tienen una gran capacidad para ubicar la pelota donde quieren. Hubo horas de trabajo Gonzalo Piovi detrás del gol de tiro libre antología que le metió a Lanús, el del triunfo por 2-1 este lunes en el Cilindro. En un Cilindro que le regalo su primera gran ovación de su carrera por su obra de arte y su buen nivel sostenido en el tiempo.

Ya venía de convertirle a Arsenal, en la fecha anterior, de balón quieto que ejecutó cerca de la medialuna, contra el poste derecho de Alejandro Medina. Pero el que le anotó al Granate hizo que muchos hinchas rememoraran aquellos remates de Rubén Paz, el Mago Capria (hoy asesor futbolístico del club) o al colombiano Gio Moreno. La pelota se elevó por arriba de la barrera, tomó dibujó una curva magistral en el aire y entró en el ángulo superior izquierdo de Lucas Acosta, pegada al travesaño y el palo.

En la conferencia de prensa, Gago reveló que el Pocho Insúa, su ayudante principal, pidió que Piovi le pegara al palo del arquero, algo que efectivamente sucedió. Pero el defensor no llegó a escucharlo. Pateó allí porque vio un hueco en la barrera. Y fue muy buena elección, por cierto.

El zaguero zurdo siempre fue dueño de un disparo potente y le faltaba pulir el impacto desde lo técnico. Esto comenzó a hacerlo en Colón, el club donde finalizó su derrotero de préstamos. Y en la Academia lo profundizó. Unas tres veces por semana se queda en el club perfeccionando su pegada, con barreras de utilería. A menudo lo acompañan Matías Rojas (otro gran especialista en tiros libres) y Paolo Guerrero, entre otros. A veces, hasta se prende el propio Fernando Gago.

Poco a poco Gonzalo fue mejorando el golpe al balón para combinar buena dirección con fuerza. Esto ya se pudo apreciar en los partidos, aunque en los entrenamientos suele ser moneda corriente. De hecho, el club subió videos donde el defensor ha sido muy preciso, ya sea con pelota parada o en movimiento.

Más allá de su crecimiento en la ejecución de los tiros libres, Piovi se ha convertido en un defensor que aporta criterio con la pelota, buen pase y justeza en los centros. Por esta vía asistió a Carlos Alcaraz (hoy en el Southamptom de la Premier League) en el tanto de cabeza, el de la victoria por 2-1 sobre Boca, en la final del Trofeo de Campeones, el 6 de noviembre de 2022. También contra el Xeneize, pero por la Supercopa Internacional, Gonza fue decisivo en el resultado: metió un penal en el 2-1, el 20 de enero en Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos. Piovi es más que un buen shoteador de tiros libres.

Luego de irse a préstamo a Gimnasia La Plata, Defensa y Justicia y el mencionado Colón, el central regresó al club cuando ya estaba Gago al frente del equipo. El técnico pidió retenerlo y el jugador le devolvió esa confianza con un nivel alto sostenido como lateral por la izquierda o en la cueva. En este último puesto se consolidó en el segundo semestre de 2022, firme en la marca, muy aguerrido y rápido en las coberturas.

Entre sus dos ciclos en la Academia (el primero fue en 2018), el futbolista de 28 años disputó 51 partidos y metió cuatro goles. El anterior se lo marcó a Arsenal, en un 1-1, en julio del año pasado. Gonzalo Piovi nunca se olvidará de la noche del lunes, cuando recibió desde la tribuna un «olé, olé, olé, Piovi, Piovi» como reconocimiento a su perla.