La fiesta, el glamour y la noche argentina en Francia pusieron en segundo plano la mejor noticia del 2023 para el fútbol argentino. Porque después de la fiesta de Qatar, de la consagración Mundial después de 36 años, llegaron las dudas para la continuidad de la Scaloneta. Había más que diferencias económicas y había que pulir detalles del proyecto a futuro. Fueron dos meses de arduas negociaciones, en las que participaron abogados, contadores y representantes. Fue clave que Chiqui Tapia lo cerrara (aunque haya sido demasiado sobre la hora del gran evento) y también fue trascendente el apoyo público de los jugadores en las diferentes entrevistas post vuelta olímpica. Messi lo había bancado fuerte en la charla con Olé en su casa de París, y en la gala lo terminó de sentenciar al decirle “mi técnico” ante una audiencia multitudinaria que seguía los The Best en el momento del prime time.
Con la negociación resuelta, con los contratos que se firmarán con final en el 2026, lo que debe continuar es la idea. Porque dentro del contexto complejo del fútbol argentino y prescindiendo de los resultados, lo mejor de la gestión Tapia fue poner de pie a todas las selecciones post desastre de Rusia 2018. Hubo apuestas fuertes y que parecieron hasta locas en su momento, como poner a Scaloni como DT de la Mayor, pero terminó siendo una jugada maestra.
Ahora es tiempo de reafirmar el plan. De seguir confiando en la Scaloneta, esa que tiene un cuerpo técnico campeón del mundo con hombres con pasado en Selección y que han sabido interpretar los momentos para convocar, para dar minutos y para entregar la titularidad. Y sobre las mieles del éxito habrá que volver a sembrar semillas, para agrandar la base, para darle lugar a Garnacho, Soulé, Luka Romero, para que ellos, sin mochilas pesadas, logren ser el recambio. Ojalá que Messi juegue para siempre, pero hay que ir preparando el terreno.
Fuente: Olé