El Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) confirmó hoy que Irán enriqueció uranio al 83,7 por ciento en la planta de combustible de Fordow en enero, un porcentaje muy superior al 60 por ciento pactado y a niveles justo por debajo de los necesarios para fabricar un arma nuclear.
«Irán informó a la agencia de la ONU que pueden haber ocurrido fluctuaciones no deseadas en los niveles de enriquecimiento. Las discusiones para aclarar el asunto están en curso», indicó un informe de la agencia nuclear de la ONU, recogido este martes por la agencia de noticias AFP
El uranio enriquecido, que se encuentra apenas por debajo del porcentaje necesario para producir una bomba atómica, fue detectado durante una inspección en la planta.
El portavoz del organismo, Behrouz Kamalvandi, indicó la semana pasada que la existencia de estas partículas es habitual durante el proceso de enriquecimiento de uranio e incidió en que «lo que importa es el producto final e Irán nunca se ha embarcado en un enriquecimiento a un nivel superior al 60 por ciento», citó la agencia de noticias Europa Press.
Esto tiene lugar en un momento en que Irán está cada vez más distanciado de la comunidad occidental y las conversaciones para su retorno al acuerdo nuclear de 2015 -del que Estados Unidos se retiró en 2018- continúan estancadas.
El 6 de este mes el Gobierno de Irán manifestó la existencia de un «dinamismo diplomático» en las conversaciones para intentar reactivar el acuerdo nuclear de 2015.
El vocero del Ministerio de Exteriores iraní, Naser Kanani, había dicho en esa ocasión que «se están intercambiando mensajes a varios niveles».
Y en la misma línea, declaró que Irán y la OIEA mantuvieron una cooperación «regular» durante los últimos meses.
Sin embargo, el director jefe del organismo de la ONU, el argentino Rafael Grossi, había informado previamente de que Irán habría modificado en secreto una instalación para la producción de uranio altamente enriquecido, lo que viola la obligación de informar al OIEA.
En respuesta, el portavoz de la Organización para la Energía Atómica de Irán (OEAI), Behruz Kamalvandi, respondió que el informe del organismo internacional está fundamentado en un «error» cometido por un inspector del OIEA.
El pacto acordado entre Irán y las grandes potencias en 2015 fijaba en 3,6% el nivel máximo de enriquecimiento del uranio iraní a cambio de un levantamiento de las sanciones que pesaban sobre Teherán por sus actividades nucleares.
Sin embargo, después de que el Gobierno del presidente estadounidense Donald Trump se retiró unilateralmente del acuerdo en 2018 y restableció las sanciones contra Irán, Teherán comenzó a desligarse progresivamente de sus obligaciones.
En abril de 2021, Irán había anunciado que comenzó a producir uranio enriquecido a un 60% en la planta de Natanz, en el centro del país, acercándose al nivel del 90% necesario para fabricar una bomba atómica.
Tras la llegada al poder estadounidense del presidente demócrata Joe Biden, Irán y las seis potencias firmantes del acuerdo, Alemania, Francia, el Reino Unido, China, Rusia y Estados Unidos, iniciaron negociaciones en 2021 para tratar de restablecer el pacto.
Las conversaciones fueron retomadas en agosto pasado luego de un hiato de varios meses, pero aún no hubo resultados concretos.
Fuente: Telam