Tirar la piedra y esconder la mano
El refrán de hoy va dedicado al club de simpatizantes del “Yo-No-Fui”… ¡Un club que tiene millones de socios, demasiados!… ¡Y sí! Podríamos decir que el “yonofuismo” es una plaga milenaria que ha hecho escuelas y universidades, ya es casi religión.
Este dicho corre para todas esas personas experimentadas en el arte de halagar por delante y atacar por detrás; gente que, sabiéndose culpable de lo que sea, se desentiende del asunto y niega su autoría, “ellos nunca fueron”…
¿Amnesia? ¡Nooo, cinismo, hipocresía, irresponsabilidad, amoralidad, perversión… ¡Claro, cómo no te van a dar bronca!… ¡Si tenemos que soportarlos por todos lados! Como políticos, periodistas, vecinos, incluso como miembros de la familia… en fin, hasta uno mismo, sin ir más lejos, puede caer en el Yonofuismo…
Procopio, en su blog, comenta que, en tiempos pasados, las maniobras que los hombres utilizaban en su relación con sus semejantes resultan muy parecidas a los métodos actuales… Pasa con los subterfugios políticos, donde es usual encontrar frases completas, proverbios y dichos que reflejan exactamente, sin mover una coma ni un punto, lo que sucede hoy y solía ocurrir hace mil años…
A todo esto, incesantemente, los “lanzadores de piedras”, mientras esconden la mano, pergeñan en las sombras la estrategia que los ayudará a quedar impunes… Tal el mecanismo de estos profesionales de la cobardía, así que pasen los siglos… ¡Con razón el Dante puso a los sembradores de discordia en el fondo del infierno!…
La mayoría de los expertos señalan que el origen de la expresión de hoy se encuentra en la obra «El banquete», escrita por Platón en el siglo IV AC. La pronuncia Eriximaco, mientras se dirige hacia él: -la diré en castellano por si alguien no habla griego- “Después de tirar la piedra, Aristófanes, ¿crees que vas a poder esconder la mano?”… ¡Gracias, qué Banquete!…
El texto, escrito originalmente en griego, reinterpretado y traducido a través de los siglos, llegó a 1871 con esta traducción: “Aristófanes, después de lanzar la flecha, ¿crees que te puedes escapar?” … Cambió piedra por flecha… Piedrazos, flechazos, “se igual”, diría Minguito, queda claro que caricias no son… Cuando esconder la mano equivale a no mostrar la cara…
Fuente: Telam