Emiliano Martínez lo consiguió: ganó la elección de la FIFA al mejor arquero del mundo. El arquero del Aston Villa y de la Selección Argentina escuchó su nombre de parte de la nigeriana Eniona Aluko, le dio un piquito a su mujer, la portuguesa Mandinha Gama, y se subió al escenario. Fue entonces cuando, tras recibir el trofeo de parte del brasileño Julio Cesar, tuvo unas sentidas palabras que terminaron en lágrimas cuando se refirió a sus padres.
«Obviamente, es algo muy lindo para mi carrera. Realmente todos saben mi historia. Es un orgullo para mi país, ganar un Mundial después de 36 años es algo hermoso. La gente sabe lo emocional que es ser argentino y poder levantar la copa del mundo. Es algo hermoso para todo el país. Especialmente el año que veníamos pasando económicamente como país. Sentimos esa conexión con el país y es un orgullo. Mi familia es gran parte de esto. La gente del Aston Villa, Selección Argentina, obviamente Scaloni que me dio la posibilidad de jugar para la Selección, era el sueño de toda mi vida. Mi mujer que me acompañó a todos lados. Siempre me preguntan quiénes son tus ídolos en la vida, o qué arqueros mirás cuando sos chico. Yo digo que ver a mi mamá limpiar edificios ocho o nueve horas. Mi papá trabajar. La verdad: mis ídolos son ellos. Muchas gracias».
Fuente: Olé