Para el TOC 22 con sede en la calle Comodoro Py la prueba es abrumadora y establece quin fue el autor y la vctima Foto Pablo Aeli
Para el TOC 22, con sede en la calle Comodoro Py, «la prueba es abrumadora, y establece quién fue el autor y la víctima» . (Foto Pablo Añeli)

Un hombre fue condenado a la pena de prisión perpetua por haber asesinado a Matías Tolaba (22), a quien atacó a traición y por la espalda, le provocó heridas a golpes en la cabeza y le cortó el cuello con el filo de una botella en un bar del barrio porteño de San Nicolás, a pocas cuadras del Congreso nacional, informaron hoy fuentes judiciales.

La sentencia del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional (TOCC) 22 recayó sobre Juan Manuel Espinosa (27), quien llegó detenido en el Complejo Federal I de Ezeiza por el delito de «homicidio agravado por haber sido cometido con alevosía».

En el fallo de 49 páginas al que Télam tuvo acceso, los jueces Sergio Paduczak, Ángel Gabriel Nardiello y Patricia Cusmanich desestimaron la versión que el acusado dio en la declaración indagatoria, cuando dijo que se defendió de una agresión y admitió que se le «fue de las manos» porque estaba drogado.

«Prácticamente esa noche me fueron a buscar mí, a buscar pelea. Me venía buscando siempre Matías, amenazándome, buscándome bronca por el tema del celo de su mujer. Esa noche estaba drogado, alcoholizado y se me fue todo de las manos», sostuvo el imputado, quien no respondió preguntas del fiscal Marcelo Martínez Burgos.

Sin embargo, para el Tribunal «la prueba es abrumadora, y establece quién fue el autor y la víctima» y, además, rechazó el pedido de la defensa en su alegato respecto a que había que tipificarlo como un «homicidio simple».

«Corrobora la existencia de un fallecido y permite determinar que la muerte se produjo dolosamente, ya que, como se mencionara precedentemente, el propio imputado en su declaración reconoció haber estado en el lugar, reconoce a la víctima y expuso no solamente en su declaración sino ante testigos, de que la situación se le fue de las manos, intentando de ese modo, justificar a su accionar», explicaron los jueces.

El TOCC 22 coincidió con la fiscalía sobre que Espinosa fue «por detrás de la víctima y en dirección a una zona blanda tan vital ­como lo es el cuello­» y que «tenía como objetivo el resultado dañoso que ocasionó: quitarle la vida».

«Por el contrario, si hubiera tenido intención de lastimarlo podría haberlo apuñalado en la espalda o en otra parte del cuerpo. No hay dudas de que quiso asegurar el objetivo. Efectivamente el imputado actuó dentro del plano subjetivo con el dolo del tipo penal del delito de homicidio, afirmando de tal modo la tipicidad de la conducta analizada», señaló el fallo.

Por último, el Tribunal resaltó que en el juicio «quedó demostrado que Tolaba se encontraba en estado de indefensión, contrariamente a lo sostenido por la defensa» que pretendió convencerlos de que «todo ocurrió en el marco de una pelea, que Espinosa se defendió y que, en definitiva, la víctima debía esperarse ese ataque, porque en la pelea ‘podía pasar cualquier cosa'».

El crimen fue cometido el sábado 5 de marzo de 2022 cerca de las 6 de la mañana en la puerta del bar «New Fama», ubicado en la calle Sarmiento 1685, entre Rodríguez Peña y Montevideo, de San Nicolás, a unas cuadras del Congreso nacional. Tolaba fue atacado por la espalda por el ahora condenado que luego escapó en una bicicleta.

La víctima recibió un corte profundo en el cuello producido por el filo de una botella rota y varios golpes de puño y patadas en la cabeza, por lo que falleció luego de permanecer casi 48 horas internado en grave estado en el Hospital Ramos Mejía.

La víctima y Espinosa se conocían porque sus madres eran compañeras de trabajo en un colegio de la zona.

Además, ambos jóvenes mantenían una enemistad desde hacía tiempo porque Espinosa había intentado seducir a la pareja de Tolaba en una fiesta a la que asistieron, dijeron las fuentes.

El joven agredido sufrió el corte de sus cuerdas vocales y le diagnosticaron muerte cerebral en el centro asistencial donde murió el martes 8 de marzo.

Las fuentes indicaron que rápidamente la División Investigaciones de la Comisaría Comunal 1 de la Policía de la Ciudad identificó al principal sospechoso del ataque, quien vivía en un edificio tomado situado en la calle Humberto I al 1900, en San Cristóbal.

El juez de instrucción Norberto Circo y el fiscal Sebastián Fedullo ordenaron un allanamiento a ese domicilio, donde fue detenido el acusado luego de intentar fugar por la terraza del edificio.

«Cuando se lo detuvo dijo que no vendía estupefacientes, por lo que creemos que nunca supo que la víctima había muerto», expresó en su momento un vocero encargado de la pesquisa.

Los policías, además, secuestraron una bicicleta mountain bike blanca, una chomba blanca con detalles en rojo, una bermuda negra con manchas de sangre y una gorra blanca, también con manchas hemáticas, similares a las que llevaba puestas el agresor de Tolaba.

También se estableció que el ahora detenido tiene antecedentes penales por una causa por tentativa de robo en 2012, cuando era menor de edad tramitada por el Juzgado Nacional de Menores 4, agregaron los informantes.

Según las fuentes, Espinosa además tenía una condena en suspenso de tres años dictada en 2017 por el Tribunal Oral Criminal (TOC) 24 por el delito de «coacción en concurso real con lesiones leves», en 2014.

Fuente: Telam

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