De a poco, Hugo Ibarra va encontrando el equipo. Por lo menos, los nombres. Desde el funcionamiento hay varios aspectos por pulir, pero en la cabeza del técnico pesa más tener a todos los jugadores a disposición que la competencia interna que tanto le gusta, lo lleve a tomar decisiones claves para el andar de Boca. Hay un punto que el Negro debe resolver y no es un tema menor: ¿Qué rol ocupa Darío Benedetto ahora que está de regreso?
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En la noche de Liniers, el delantero del Xeneize regresó de la sanción, la cual dató de cuatro fechas de suspensión por su expulsión frente a Racing por la Supercopa. Pipa terminó de cumplir en el encuentro ante Platense en la Bombonera e integró el plantel que viajó al José Amalfitani a jugar contra Vélez. Hasta antes de aquella roja en Abu Dhabi, Benedetto era pieza del 11 de este equipo y tenía peso en la consideración de Ibarra. Sin embargo, Hugo lo dejó en el banco. Darío no ingresó y vio todo el partido desde afuera.
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Esta decisión del entrenador se puede explicar en diferentes panoramas. Primero, lo que pedía el trámite del juego cuando Equi Fernández fue expulsado. El DT tuvo que rearmar el medio a partir de esta acción y, tal vez, no vio oportuno otro delantero (aunque sea nombre por nombre). Es decir, el partido pedía otra cosa. De hecho, los cinco cambios se dividieron entre cuatro ingresos de volantes (Villa, el más ofensivo de ellos) y un lateral (Sández). Es más, al sacar a Langoni, dejó a Merentiel como única referencia en ataque.
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Es que también hay que tener en cuenta la aparición de la Bestia. Anoche, dio la asistencia a Luca para el primer gol (como contra Talleres en Córdoba). También viene de marcar. Su presente es bueno y Benedetto puede perder terreno a manos del ex Defensa. Tampoco hay que dejar pasar que a Boca se le viene la final contra Patronato. ¿Lo cuidó Ibarra? Sea cual sea la explicación, llama la atención. Parece ponerse complicada la competencia para el Pipa…
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Fuente: Olé