Después de 133 días, De la Cruz volvió a jugar en River

Una renovación de contrato. Su primer Mundial con Uruguay. Un toilette quirúrgico con tratamientos con células madre para tratar una sinovitis de rodilla. Un trabajo específico para lograr la plenitud. Un alta médica esperada y un regreso que se hizo desear. Pasó mucho desde aquel 16 de octubre en el que Nicolás de la Cruz vistió por última vez la camiseta de River: 133 días debió esperar el uruguayo para volver a ponerse la #11.

Pero el esfuerzo tuvo su premio: anoche se concretó el anhelado regreso. Esperado por él, quien no tenía acción en un campo de juego desde el 2 de diciembre frente a Ghana, en pleno Mundial. Pero también esperado por la gente: cuando se quitó la pechera se encendió el griterío de los hinchas. Un público que después, apenas De la Cruz ingresó a los 15 minutos del segundo tiempo por José Paradela, comenzó a entonar el clásico “u-ru-guayo” con bises.

De la Cruz se movió en el mismo lugar en el que se desempeñó en el primer amistoso post lesión: como doble pivote, acompañando a Enzo Pérez, aunque con permiso para desdoblarse y posicionarse como falso número 10 para colaborar con Nacho Fernández en el circuito creativo de River.

Incluso, Nico tuvo oportunidades de convertir: primero quedó en posición de gol luego de una enorme habilitación con cambio de frente de Palavecino, aunque eligió el centro en vez de patear; después le pegó desde el borde del área y sin tanta a un un centro que envió Rondón como puntero izquierdo. Y sobre el final, ensayó un remate desviado.

Independientemente del resultado, el regreso de De la Cruz le brinda otra solución a Demichelis por la versatilidad que el uruguayo ofrece dentro de la cancha: en su versión óptima -algo que lógicamente le demandará tiempo oficial de juego- ha demostrado su valor futbolístico.

No por nada River celebró su renovación de contrato en noviembre cuando alcanzó un acuerdo final con Liverpool de Uruguay: el club se comprometió a comprar otro 20% del pase en u$s 2.666.664 brutos a pagar en 24 cuotas, más dos cuotas anuales de u$s 341.000 (una se abonará este año, la otra en 2024).

De ese modo, cuando salde la operación el club habrá desembolsado u$s 7.348.664 por el 50% de la ficha del futbolista de 25 años, quien cumplió su compromiso de no irse libre (su vínculo finalizaba el 31 de diciembre).

Por eso ese aplauso, esa ovación con énfasis en su nacionalidad. Porque más allá de la derrota, su regreso sumó.