Cada 20 de enero se conmemora el Día de la Conciencia por los Pingüinos. La especie de ave marina puede nadar grandes distancias gracias a sus poderosas y formidables aletas. También cuentan con una cola que les permite mantener el equilibrio cuando están en tierra y para desplazarse sobre el hielo.

La conservación marina en general, y la de muchas especies en particular, requiere articulación a escala regional; un monitoreo sostenido en el tiempo y un enfoque adaptativo. Por eso, desde hace décadas hay investigaciones sobre pingüinos en Argentina que comenzaron en colonias de Chubut, y se extendieron luego a Santa Cruz y Tierra del Fuego.

Las investigaciones también permiten entender cómo interactúan con actividades humanas y cuáles son las principales amenazas a las que se enfrentan a lo largo de su ciclo de vida.

El pingüino de Magallanes es una especie icónica de la costa patagónica y el ave marina más abundante de las que se reproducen en la región.

Según los investigadores, los pingüinos son “centinelas” del estado de conservación del mar, ya que su estudio no solo permite conocer a las propias especies, sino también generar información acerca de los océanos. La conservación de sus poblaciones contribuye a la salud del ecosistema marino, sometido a crecientes presiones, riesgos e impactos.

El pingüino de penacho amarillo está catalogado como “vulnerable” a escala regional y global.

Pablo Yorio es doctor en Ciencias Biológicas, investigador del Conicet y tiene más de 30 años de experiencia investigando aves marinas en la Patagonia. En diálogo con LU5 remarcó que “es importante tener conciencia que los pingüinos son un componente muy relevante en los sistemas marinos, ya que son poblaciones que están conectadas con todas las tramas trópicas”. Debido a las características biológicas del animal, “nos sirve de indicador de cómo está la salud del mar, es decir nos permite detectar si el sistema marino está cambiando o lo que está sucediendo”.

El pingüino Papúa está categorizado como “de preocupación menor” en la región.

Por otra parte, Yorio añadió que esta especie de ave adquiere particular relevancia porque “es conocida y querida por la gente, es una especie muy carismática, es muy útil para concientizar sobre el cuidado y el uso responsable del mar, por eso es una buena embajadora de lo que sucede con la conservación de los océanos”.

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