El papel se convirtió en un bien escaso y costoso para imprimir revistas, libros o incluso para los cientos de miles de cajas con compras hechas vía internet y las aplicaciones de celular.
La crisis del papel no es algo nuevo. Hace más de un año que la escasez del insumo básico afecta a la industria editorial argentina. Existen problemas para imprimir libros y afecta más a las editoriales independientes.
En este contexto, la Cámara Argentina del Libro emitió un comunicado donde manifiesta su preocupación por los costos del papel y asegura que “peligra la producción editorial”. Allí, se remarca que uno de los principales problemas es el desabastecimiento y faltante de papel, lo que lleva a los editores acepten cualquier precio para producir. También hubo aumentos muy por encima de la inflación en papel, llegando al 150%. Por otra parte, el papel representa un costo de más del 50% del valor general del libro, algo que históricamente no superaba el 35%.
Julieta Elffman es periodista, editora y está a cargo de la dirección de la editorial “Tanta Agua”. En diálogo con LU5, relató cómo experimentan esta situación desde la empresa. “El problema con el acceso al papel se agudizó y ya es una crisis casi crónica para las editoriales”, afirmó. Explicó que la situación e da producto por “la combinación de muchos factores, como la economía general que afecta a todas las áreas productivas, problemas de importación, una alta demanda de papel para embalaje, algo que aumentó mucho desde el inicio de la pandemia hacia acá por tema de envíos a domicilio, todo eso genera que haya menos oferta para impresiones”.
Por otra parte, Elffman recalcó que el oligopolio del comercio del papel en Argentina es un gran factor que incide en la crisis actual. “La concentración de mercado por los principales productores de papel del país, que son Celulosa Argentina y Ledesma, es una situación oligopólica que produce una ‘cartelización’ de los precios y genera dificultad para acceder a una oferta diferente”, dijo. La editora añadió que esto “sumado a que las importaciones de papel están caras por el costo de divisas, más el desabastecimiento y escasez, genera una combinación explosiva”.
Esta crisis de la materia prima de los libros provocará, según Elffman, una pérdida de “riqueza cultural y bibliodiversidad“. Para evitar que se siga profundizando esta situación, “hace falta legislación, políticas públicas del Estado para apoyar a las editoriales, como créditos, incentivos, facilidades fiscales”, puntualizó la editora.