Por estos días las estaciones de servicio están levantando una bandera de alerta en dos frentes distintos: los pagos con las tarjetas de crédito aumentan a pasos agigantados y las condiciones los desfavorecen; y, por otro lado, el aumento de los combustibles no acompaña la inflación e impacta fuertemente en la rentabilidad de las estaciones.
En diálogo con LU5, Guillermo Lego, gerente general de la Confederación de entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (CECHA), aseguró: “no nos metemos en el tema de los precios pero lo que queremos es, así como están los precios justos, una rentabilidad justa”.
Se conoció el incremento de los combustibles y ¿el sector está reclamando que se reduzcan las comisiones para pagos con tarjeta?
Hoy por hoy hay muchísima gente que se está financiando con la tarjeta de crédito. Entonces, se ha ido incrementado. Prácticamente, la venta hace que en el surtidor el 55 o 60% se manejen con tarjeta de crédito.
O sea, en la medida que fue incrementando, nuestra posición, nuestro reclamo es ver qué se puede hacer por lo que está ocurriendo con este tipo de tarjetas.
La realidad es que nosotros pagamos un arancel del 1,5% al 1,8% y lo peor de todo es que nos devuelven el dinero a los 15 días. Es decir, retorna el dinero, se acredita a los 15 días. Realmente es una vergüenza.
Si se dedicaran a la pera y la manzana tendría que esperar nueve meses para que le paguen…
Si, seguro. Todas esas cosas influyen negativamente. No sé cómo es el caso de la pera y la manzana, pero en el caso nuestro, lo que gana un expendedor, la rentabilidad bruta que tiene es un 8%. Con ese número que te retengan el 1,5%, que tengas que afrontar la parte impositiva, y encima te paguen a los 15 días así no funciona porque nosotros tenemos que comprar el producto y volver a entregarlo todos los días. Esa es la realidad.
Se les queda algo en el camino con lo que no pueden estar recomprando, porque además ustedes tienen cupos, ¿no?
Caro, está perfecto. El tema es el siguiente: nosotros estamos vendiendo un poco más que el año pasado. La realidad es esa. ¿Ahora qué pasa? Podríamos vender mucho más, con lo cual podríamos compensar de alguna manera con mayor volumen lo que está faltando de rentabilidad.
La realidad es que muchísimas zonas del país, especialmente la zona central y la Mesopotamia, están vendiendo mucho. Entonces, las petroleras te entregan un tope determinado porque no tienen capacidad.
Pero ahí viene otro problema. Yo vendo un porcentaje mayor que el año pasado, pero podría vender un porcentaje aún más alto para poder compensar. Al estar controlado el volumen, estamos ahí en una situación sumamente delicada.
No nos metemos en el tema de los precios pero lo que queremos es, así como están los Precios Justos, una rentabilidad justa. Durante prácticamente ocho meses y medio del año pasado tuvimos los precios estuvieron congelados. Entonces, todos los incrementos, todos los gastos que tenemos, se incrementan por inflación. Y resulta que el ingreso que tendríamos, lo que tenemos con la venta de los productos está congelado o maniatado.
Este acuerdo al que llegaron las petroleras ¿Cómo los deja parados?
El acuerdo es un acuerdo que hacen dos, o una entidad grande -que son las petroleras- con el Estado. Nosotros ahí no tuvimos ninguna participación. Es lamentable, porque podríamos haber contribuido a ver cómo viene la situación y explicar un poco cómo era la cosa para poder buscar un punto de equilibrio.
Hay un atraso que incluso las mismas petroleras lo manifiestan. Vamos a decir esto: si el aumento que queda en 4% en febrero y 3,8% en marzo, y la inflación -a pesar del trabajo que dice estar haciendo el Gobierno-, no baja del 5%, esa diferencia se va incrementando. Empeora la situación delicada que tenemos.
Entonces, ahí viene el tema de las tarjetas de crédito. En algún momento nos preguntaron si habría alguna posibilidad de que hubiera un ida y vuelta con las tarjetas. Yo les estoy diciendo que no, porque Santa Fe, que es una de las principales federaciones, inició un juicio, lo ganó en primera instancia contra las tarjetas. Si se llega a una parte judicial, es decir que todo lo anterior no dio resultado.
En esa lucha estamos esperando lo de las tarjetas, que es quizás el punto más crítico en este momento, por lo menos para nosotros. Está claro que para el público también está el tema del incremento de los precios. Pero en las tarjetas estamos dependiendo un poco ahora de la parte legislativa donde se han presentado varios anteproyectos, para que se reduzca tanto en el arancel como en los días.
Cuando uno mira la torta de pago, ¿cómo paga el consumidor normalmente? ¿Con débito, con crédito, con efectivo? ¿En qué porcentaje cada uno?
En general, entre el 55% y el 60% paga con tarjetas de crédito. El resto está repartido más o menos en 10, 12% cada uno. O sea, 10, 12% el efectivo puede ser un peso más, un peso menos.