Las investigaciones respecto a la salud de la mujer estaban, hasta hace un tiempo, orientadas preferentemente a la fertilidad y la reproducción. Lo referido a las enfermedades crónicas, como por ejemplo las cardiovasculares, se basaban en los estudios practicados en la población masculina.
La Sociedad Interamericana de Cardiología (Siac) reconoció esa deuda pendiente con las mujeres y actualmente avanza en aportes sobre prevención, diagnóstico y tratamiento. De hecho, en junio pasado publicó la primera guía latinoamericana de prevención de Enfermedad Cardiovascular en la Mujer.
En este contexto, miembros de la Siac encaran la confección de un libro sobre las enfermedades cardiovasculares en embarazadas. La coedición del libro, que pretende estar listo para mediados de este año, está a cargo de tres médicas latinoamericanas: la colombiana Ana Munera, directora del Consejo SIAC Comunidad; la dominicana Claudia Almonte, directora del Consejo SIAC Mujer, y la argentina Mildren del Sueldo, directora de Mujeres en Rojo de la Federación Argentina de Cardiología.
“Actualizar este tema siempre es bueno porque hay nueva evidencia respecto al manejo de los problemas cardiovasculares durante el embarazo y no solamente durante la gestación sino lo que dejan en la vida futura de esa madre y de ese bebé” sostuvo en una entrevista con Télam-Confiar, Mildren del Sueldo, referente de la prevención cardiovascular en la mujer.
“Hay ciertas complicaciones durante el embarazo que se dan en mujeres sanas o presumiblemente sanas como ser la hipertensión durante el embarazo, la diabetes gestacional, tener un parto pre-término, todas esas complicaciones dejan a lo largo de la vida futura de esa mamá y también del bebé un riesgo aumentado a nivel cardiovascular para toda la vida”, explicó Del Sueldo.
En esa línea, remarcó un concepto que manejan en la especialidad: riesgo del cuarto trimestre. “No es que el embarazo tiene un trimestre más, sino que ese cuarto trimestre hace referencia al resto de la vida de esa mamá que deberá seguir cuidándose y entrar en un programa de control de riesgo cardiovascular desde el momento mismo que tiene su bebé. Sobre esto estamos trabajando y concientizando tanto a la población en general como a la comunidad médica», sostuvo.
Y continuó: «Es importante que se tenga en cuenta al momento de evaluar a una mujer que haya tenido alguna de estas complicaciones durante el embarazo cuando trabajamos en atención primaria y prevención de la enfermedad cardiovascular”.
Del Sueldo es oriunda de Córdoba, autora de numerosos trabajos de investigación y publicaciones científicas. Se desempeña como coordinadora del Servicio de Cardiología y Prevención de la Clínica de Especialidades y de Certus, Centro de salud, entrenamiento y rehabilitación, Villa María, Córdoba. Además explota su faceta docente en el Postgrado en Diabetología de la Universidad Nacional de Córdoba y en la Diplomatura en Hipertensión Arterial de la Universidad Favaloro.
“Se puede hacer mucho para prevenir, por ejemplo, planificar el embarazo, controles prenatales previos, que la madre tenga controlada la presión arterial, que esté en un peso adecuado, que no fume, que haga actividad física. Todas estas cuestiones que tienen que ver con hábitos de vida saludable hacen que la posibilidad de tener una complicación de este tipo durante el embarazo disminuya. Por eso, nosotros hablamos de un antes, un durante y después del embarazo, haciendo hincapié en las tres etapas: una buena preparación de la mujer que quiere embarazarse; un buen control del embarazo en sí mismo; y después en aquellas mujeres que han tenido algunas de las complicación deben seguir bajo control. Y acá el obstetra cumple un rol clave porque tiene que advertir a esa mamá que debe continuar con controles posteriores al parto”.
“Generalmente tanto la hipertensión en el embarazo como la diabetes gestacional desaparecen cuando nace el bebé, pero el problema no se termina. Hay que advertir que se debe hacer controles, a los tres meses, a los seis meses, al año y después por lo menos una vez al año”, aseveró la cardióloga.
Y añadió: “Si bien son indicaciones específicas para aquellas que presentaron alguna complicación en el embarazo pero hoy en día, proclamamos la prevención primordial que no tiene edad para iniciarla. Lo que aconsejamos es hacer chequeos cardiovasculares cada año o cada dos años; más si hay antecedentes en los padres con hipertensión arterial o colesterol alto”.
Consultada sobre la frecuencia en la que se ve en consultorio a mujeres presumiblemente sanas con algún trastorno cardiovascular, respondió que “no es tan esporádico, aproximadamente entre un 2 y 10 % de los embarazos pueden presentar este tipo de complicaciones, nacido de bajo peso, hipertensión, diabetes gestacional o parto pre-término”.
Cambios fisiológicos
«Ahora -sostuvo- durante el embarazo se producen muchos cambios fisiológicos complejos y dinámicos que hace el cuerpo de la mujer embarazada durante el crecimiento y desarrollo del bebé que van a alcanzar su máximo momento cercano al final del embarazo y van a ir desapareciendo paulatinamente después del parto. Las mujeres sanas se puede adaptar fácilmente a estos cambios; mientras que aquellas mujeres que tienen un trastorno cardiológico subyacente, una cardiopatía congénita, un problema en alguna válvula, una miocardiopatía, allí puede ser que no se adapte fácilmente y empiece con síntomas durante el embarazo. Esos síntomas pueden ser disnea (falta de aire), taquicardia (sentir latidos muy rápidos), dolor de pecho o edema (hinchazón de las piernas). Ante estos síntomas hay que consultar rápidamente», desarrolló la especialista.
Asimismo subrayó “hay algunas complicaciones en el embarazo, en mujeres supuestamente sanas, que es de incidencia baja, la miocardiopatía periparto que generalmente se presenta en la última etapa del embarazo o en la primera etapa del puerperio, que eso puede causar insuficiencia cardíaca en la mujer y dejarla con una secuela para el resto de su vida”.
“El infarto no es común en embarazadas pero puede ocurrir, hay una entidad llamada disección espontánea de la arteria coronaria (desgarro dentro de una arteria que lleva sangre al corazón) que es la causa más frecuente de infarto en la mujer embarazada y pone en riesgo su vida y la del bebé, por lo que hay que estar muy atentos”, señaló al tiempo que concluyó determinante: “una mujer cardiópata siempre tendrá un embarazo de riesgo”.
“El gasto cardíaco aumenta entre un 30% y 50 % durante el embarazo, es decir, la fuerza que hace el corazón de la mujer; una mujer sana lo tolera pero en una mujer con cardiopatía previa, puede poner en riesgo su vida y la del bebé”, insistió.
Respecto a mujeres con enfermedad cardiovascular anterior al embarazo, el equipo tratante debe modificar el tratamiento de las drogas para evitar que dañen al feto.
«Cuando queda embarazada una mujer cardiópata hay medicamentos que se deben cambiar porque se encuentran contraindicados. Hay fármacos que tienen efectos teratogénicos que pueden impactar en el desarrollo del bebé y hay que evitarlos», manifestó la médica y agregó «todos los que manejamos embarazos de alto riesgo, sabemos qué medicamentos se pueden utilizar, los cuales presentan menos riesgos de embriopatía (daño al bebé)».
Finalmente, en cuanto a la influencia de los agrotóxicos en la aparición de cardiopatías congénitas, sostuvo: “hay estudios a nivel experimental y otros a nivel observacional de ciertas zonas del país en las que se usan agroquímicos y se ha visto una mayor incidencia de cardiopatías congénitas como también malformaciones, por ejemplo en los niños que nacen de las mamás que viven en esas zonas”.
Fuente: Telam