La tregua unilateral rusa en Ucrania, decretada por el presidente Vladimir Putin con motivo de la Navidad ortodoxa, concluyó este sábado a la medianoche, si bien tanto el Kremlin como Kiev denunciaron ataques en las últimas horas.
El alto el fuego ruso de 36 horas se terminó a la medianoche local (18 horas de Argentina), en medio de críticas cruzadas de los ucranianos a los rusos de no haberlo respetado y de Moscú a Kiev por no haber dejado aplicarlo.
«El mundo pudo comprobar otra vez lo engañosas que son las declaraciones de los altos mandos en Moscú», afirmó el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, en un mensaje de video publicado en las redes sociales.
Rusia «habló de un presunto alto el fuego, pero en realidad bombardeó en Bajmut (este del país) y otras posiciones ucranianas», criticó Zelenski.
Previamente, comandos ucranianos informaron que Rusia había lanzado un ataque con misiles y disparado 20 veces desde múltiples lanzadores de cohetes en las últimas 24 horas.
El Ministerio de Defensa de Rusia, por su parte, denunció «tiros de artillería de las fuerzas armadas ucranianas sobre zonas pobladas y las posiciones rusas» en su comunicado diario, en el que también indicó que sus fuerzas habían repelido en las últimas 24 horas una serie de ataques del ejército ucraniano en el este del país y matado a decenas de militares.
Periodistas de la agencia de noticias AFP en la ciudad de Chasiv Yar, al sur de la ciudad de Bajmut, escucharon este sábado disparos de artillería pesada durante una gran parte de la mañana. No obstante, los tiros fueron de menor intensidad en comparación con días anteriores.
Tregua, orden de Putin: Navidad ortodoxa
Putin ordenó el jueves de manera unilateral a sus fuerzas que detuvieran la ofensiva durante 36 horas con motivo de la Navidad ortodoxa, que se celebra este sábado 7 de enero.
En cambio, Ucrania rechazó el alto el fuego al considerarlo como una táctica de Moscú destinada a ganar tiempo para reagrupar a sus soldados y reforzar así sus defensas después de una serie de reveses en el campo de batalla.
Putin asistió solo en la noche de este viernes a una misa religiosa en una iglesia del Kremlin para celebrar la Navidad ortodoxa.
El mandatario ruso siguió la celebración en la catedral de la Anunciación, originalmente concebida como una iglesia para los zares, oficiada por sacerdotes, algunos de los cuales sostenían candelabros, según las imágenes difundidas por la presidencia.
En años anteriores, Putin solía acudir a la ceremonia religiosa con motivo de la Navidad ortodoxa en las provincias rusas o en la periferia de Moscú.
En un mensaje divulgado este sábado por el Kremlin, el líder ruso felicitó a los cristianos ortodoxos e indicó que este día inspira «buenas acciones y aspiraciones».
También señaló que rezó por la Iglesia ortodoxa, cuyo líder espiritual, el patriarca Kirill, apoyó la ofensiva de las fuerzas armadas rusas en Ucrania.
Las organizaciones eclesiásticas «sostienen a nuestros soldados que participan en una operación militar especial», declaró el presidente ruso, utilizando el término oficial del Kremlin para designar la invasión,
«Un trabajo tan formidable, multifacético y verdaderamente ascético, merece el más sincero respeto», añadió.
El patriarca Kirill, por su parte, pidió a los creyentes que respaldaran a los «hermanos» prorrusos durante la ofensiva en el este de Ucrania.
Mientras tanto, en Ucrania, cientos de fieles asistieron este sábado a una misa histórica con motivo de la Navidad ortodoxa en el célebre monasterio de las Cuevas de Kiev, que antes dependía del patriarcado de Moscú, pero que pasó ahora a manos ucranianas debido a la guerra.
Por primera vez, el metropolitano Epifanio, jefe de la Iglesia ortodoxa de Ucrania creada en 2018-2019 tras un cisma con la rusa, ofició una liturgia de Navidad en la catedral de la Asunción de este emblemático lugar del siglo XI, el más importante del país.
Zelenski expresó su felicidad por el hecho de que tantas personas asistieran a una misa en el día de una Navidad ortodoxa que es «histórica para Ucrania, por la independencia religiosa de su pueblo».
Los creyentes, entre ellos hombres con uniforme militar, se congregaron bajo una fuerte presencia policial.
Los fieles debían mostrar sus pasaportes y cruzar detectores de metal.
Situado en la capital ucraniana, este monasterio fue la sede de la Iglesia ortodoxa ucraniana que dependía del patriarcado de Moscú, pero rompió sus vínculos con Moscú en mayo.
A pesar de esta distancia, los responsables de esta rama están bajo presión de las autoridades ucranianas, que llevaron a cabo en las últimas semanas varios registros en centros religiosos y sancionaron a eclesiásticos por tomar posiciones consideradas prorrusas.
El monasterio de las Cuevas de Kiev, declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco, también fue allanado.
Fuente: Telam