Axel Kuschevatzky uno de los productores de Argentina 1985
Axel Kuschevatzky uno de los productores de «Argentina 1985».

«Argentina, 1985», el elogiado filme de Santiago Mitre sobre el Juicio a las Juntas, encarará este martes la primera parada de la denominada “temporada de premios” en Hollywood rumbo a los Oscar, situación ante la cual uno de los productores de la cinta y conocedor de las glamorosas alfombras rojas de esas latitudes, Axel Kuschevatzky, mostró cautela y aseguró que este “es un año bastante impredecible” en materia de galardones.

“Es un año extraño en el sentido en que se está restableciendo la conexión con las audiencias masivas, y al mismo tiempo el público adulto que solía ir a ver al cine las películas que corrían carrera de nominaciones no está yendo como antes de la pandemia”, analizó Kuschevatzky en charla con Télam.

Afincado en Los Ángeles desde hace tiempo, abocado a impulsar los diversos proyectos de su productora Infinity Hill, quien fuera jefe de producción y desarrollo de Telefe no asistirá a la 80ma. gala de los Globo de Oro que entrega la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA) en su ya clásico rol como entrevistador de las transmisiones de TNT para Latinoamérica.

Lo hará como invitado por “Argentina, 1985”, que luego de sus premiados pasos por los Festivales de Venecia y San Sebastián el año pasado iniciará esta semana un camino que podría desembocar en los Oscar de la Academia el 12 de marzo.

Para seguir sumando chances para la estatuilla más importante (cuyas nominaciones se anunciarán el 24 de enero), suele influir un buen andar en los eventos de premios previos.

El martes en el Beverly Hilton de Beverly Hills disputará la terna de Mejor Película en Lengua No Inglesa con la alemana “Sin novedad en el frente”, de Edward Berger; la belga “Cerca”, de Lukas Dhont; la surcoreana “Decisión de partir”, de Park Chan-wook; y la india “RRR”, de S.S. Rajamouli.

– ¿Qué producciones se perfilan como las grandes candidatas en esta temporada?
– No tenés este año una película que digas “esta claramente va a ganar o tiene la delantera”. Por un lado tenés películas como “Top Gun: Maverick”, que es universalmente amada y que filosóficamente dice “che, el cine enorme todavía es viable”. Y por otro lado, otras como “Argentina, 1985”, que es una película de estudio pero es más chiquitita, a la que le fue muy bien en Venecia pero que al mismo tiempo no puede ser vista como una película gigantesca que aúna voluntades. Entonces es un año donde es mucho más difícil adelantarse. La carrera más salvaje de todas este año no es la de mejor película, sino la de películas extranjeras.

Telam SE

– ¿Por qué?
– A diferencia de hace un par de años con “Parasite” o el año pasado con “Drive my Car”, donde claramente había una película internacional que se plantaba como la adorada por todo el mundo, este es un año bastante impredecible. La India no mandó la más popular del año a los Oscars pero sí está en otras entregas de premios, y al mismo tiempo hay películas que tuvieron grandes performances pero no necesariamente millones de premios como puede pasar con “Sin novedad en el frente”, o películas que han recibido premios diversos en festivales como “Saint Omer” en el caso de Francia o incluso “Argentina, 1985”. Y otras películas que claramente tienen mucho músculo de comunicación atrás como “Bardo”.

– ¿Qué significa la vuelta de la televisación en EEUU de los Globo de Oro luego de estar «en penitencia» en 2021?
– Lo que ocurrió es que la HFPA tuvo cuestionamientos a su funcionamiento, su composición y su falta de diversidad. Tanto los estudios como los agentes de prensa como la cadena de televisión norteamericana que transmitía los Globos de Oro el año pasado se abstuvieron de estar relacionados con la entrega hasta que la Asociación tuviese mecanismos de más transparencia, menos concentración y sobre todo que no fuesen cuestionables desde los procedimientos. Obviamente el no tener la transmisión al aire, gastar todo ese dinero y no tener un ingreso para la HFPA era muy complejo. Hoy la estructura pasó de ochenta y pico de miembros a 300 e incluso para las votaciones de los premios invitaron a muchos periodistas que no son miembros; hoy hay una cantidad de votos que cuadruplicó la cantidad que había hace dos años y los mecanismos son mucho más claros. No es que salieron de estar en Siberia sino que básicamente hicieron un trabajo para plantarse más sólido frente a la opinión pública.

– En ese sentido, ¿por qué son importantes los Globo de Oro? ¿Qué lugar ocupan en el panorama de premios?
– Los Globo de Oro tienen como característica junto a los Critics’ Choice de ser los premios de periodistas de perfil más alto porque son las dos organizaciones de premios nacionales. Y hay una tercera, que no es un premio televisado, que es el National Board of Review, que básicamente junta a los críticos de perfil más alto de Estados Unidos. En ese sentido esos son los tres que tienen peso en amplificación antes de que empiecen las premiaciones camino a los Oscar, que dan los sindicatos de actores, de guionistas, de directores y el de productores, en el que yo soy miembro, el PGA. Entonces el Globo de Oro y los Critics Choice son amplificadores, tienen ese potencial de instalar dentro de los grupos de votantes la idea de “ok, acá hay algo que no vi, a lo mejor le tengo que dar pelota”.

– ¿En qué consiste el trabajo de un productor como vos en este momento del año en que “Argentina, 1985” aspira a premios?
– Es un momento del año donde hay gira de prensa, se dan entrevistas, se proyecta la película, vamos a las exhibiciones, saludamos a muchísima gente de la industria. Es un momento de mucha exposición, de muchas charlas, de mucho intercambio. Y además normalmente se hacen muchas presentaciones con debate posterior donde los cineastas se sientan y la gente le pregunta cosas. Los participantes a veces son sindicatos, a veces son asociaciones de periodistas o miembros de la Academia. Todas los que tienen películas en carrera hacen esto independientemente de la escala que tenga; Tom Hanks está haciendo campaña, Brad Pitt está haciendo campaña. A nadie se le caen los anillos porque todo el mundo sabe que esto es necesario.

– ¿Cuál es el efecto de una nominación o un premio en una gala importante para el futuro de quienes están involucrados?
– Esencialmente darle visibilidad a los proyectos, y eso no te lo da solamente ganar, también te lo da la nominación. Hasta las listas de prenominación generan más curiosidad, un perfil más alto, y eso tiene un impacto, no solo en el recorrido de la película, sino en la carrera de quienes trabajan en las películas. Los premios resultan en términos profesionales validantes y hacen que mucha más gente confíe en tus criterios, en tus decisiones y que haya más gente dispuesta a acompañarte; estudios, inversores privados, cineastas con los que querés laburar pero hasta que no ven la película en la que laburaste no saben exactamente qué hacés. Entonces el impacto es muy grande, es multiplicador.

«El cine tiene una potencia propia porque es un hecho social»

La industria audiovisual hollywoodense no es la misma luego del efecto arrasador que tuvieron tanto el ingreso de numerosas plataformas de streaming como la pandemia, que dejó las salas de cine vacías durante casi dos años, pero para Axel Kuschevatzky ya hay signos que permiten ahuyentar augurios tenebrosos para el séptimo arte.

“El cine siempre tiene algo mágico, las transiciones y los cambios lo obligan a repensarse, pero nunca lo aniquilan”, propuso en charla con esta agencia el productor y comunicador, quien aseguró que la industria vive ahora “un momento muy transicional».

Desde este boom que hubo hace un par de años donde parecía que todo eran series y todo iba a las plataformas y nada más iba a ir al cine, la verdad que estamos en un momento donde de nuevo las taquillas se está recuperando, los ingresos que generan las salas son cada vez mayores, las plataformas ya no quieren hacer seis temporadas cuando la primera temporada no le funciona como esperaban«, amplió.

Para Kuschevatzky esta fase de la producción y distribución audiovisual, signada por la lenta recomposición de las taquillas de la mano de los «tanques», por una sobresaturación de oferta en el streaming y conglomerados que comienzan a recalcular costos luego de crecer más lento de lo que proyectaron, marca que hay «una serie de creencias que se fracturan».

«Yo creo que al cine no lo mató la tele, al cine no lo mató el video, al cine no lo mató internet, al cine no lo mataron los streamers; el cine tiene una potencia propia porque es un hecho social, que lo pone en lugar diferente», apuntó.

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Fuente: Telam

Por admin

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