Un perito de la policía bonaerense declaró este viernes en el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa que los rugbiers detenidos estaban «ruiseños» y que tuvieron que «llamarles la atención varias veces porque no se paraban de reír» durante el allanamiento en el que fueron apresados.
«Estaban muy risueños, tuvimos que llamarles la atención varias veces para que no se rieran, que estábamos trabajando en algo serio», afirmó esta tarde ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC)1 de Dolores Hugo Vásquez, encargado del procedimiento de la Policía Científica que realizó el relevamiento de prendas de vestir en la casa de los imputados cuando fueron detenidos en Villa Gesell.
El comisario mayor aseguró que fue Máximo Thomsen quien dijo que la zapatilla negra con suela blanca marca cyclone «era de Pablo Ventura», el remero de Zárate falsamente involucrado en el crimen.
«La directiva fue muy precisa: secuestras prendas con presuntos tejido hemático», aseguró el testigo con relación a las primeras órdenes que había dado el fiscal Walter Mercuri, quien estaba subrogando a su colega de Villa Gesell, Verónica Zamboni.
Antes de terminar su declaración, el abogado defensor Hugo Tomei, le consultó si el fiscal Mercury le había dicho a los acusados que podían negarse a declarar.
«El fiscal no les hizo saber que se podían negar a declarar», sostuvo el jefe policial.
Antes del testimonio de Vásquez, Lautaro Alejandro Cuqueijo, testigo del procedimiento realizado por la Policía Científica, afirmó: «El único que noté que estaba nervioso era el grandote, el más musculoso por así decirlo. Tenía bigote. Si no me equivoco es Máximo Thomsen. Se puso a vomitar.»
La segunda mitad de la quinta jornada del juicio por el crimen de Báez Sosa contó, además, con las declaraciones de otros cinco peritos de la policía bonaerense quienes explicaron cómo fue el relevamiento de datos en el boliche «Le Brique» y en la casa que alquilaron los rugbiers.
Fuente: Telam