Las apuestas a determinados jugadores tienen de azar lo que las apuestas tienen (hay cosas que salen mejor y cosas que salen peor, tipos que agarran la onda y tipos que no, tipos que logran continuidad y otros que se lesionan), pero son, futbolísticamente hablando, mucho más que mera fortuna o caprichos imponderables.
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Sin entrar en la discusión de cuál fue el mejor equipo de 2022 (Racing le ganó a Boca la final a un partido por el trofeo de campeones y fue el que sumó más puntos en la general, pero Boca ganó la liga y la Copa de Liga, títulos por los que la Acadé también compitió), hay cierto consenso de que el de Fernando Gago es el que “mejor” jugó en la temporada.
Ese término inespecífico, y que involucra intangibles y no solo resultados, también depende de gustos y preferencias. En ese debate, muchos han visto a Racing como el que mejor plasmó una idea de juego de ataque, protagonismo, balón al piso, toque y asociaciones; lo que en las voces de jerga dieron en llamar “volumen de juego”. Más allá de todo marketing y etiquetas, el equipo tuvo momentos de muy buen juego, vistoso y eficaz.
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Este miércoles, la Acadé hizo un ensayo de fútbol frente a Bolívar de La Paz; fue con cierta informalidad y muchos cambios, pero una certeza: Maxi Moralez asume le conducción del equipo, además de llegar él mismo al gol.
El equipo recién se está reagrupando, queda todo por recorrer, pero lo que Fernando Gago da hacia el adentro y el afuera cuando decide incorporar a un hombre de casi 36 años que viene de la liga yanqui es el signo de que lo que le importa es cómo ese hombre piensa y vive el fútbol. Como cuando eligió al casi retirado Emiliano Vecchio (de 34).
No importa qué edad tienen: importa que sepan jugar y hacer jugar a los demás.
Fuente: Olé