La 10 de San Lorenzo vuelve a tener dueño

El 23 de abril de 2022 fue la última vez que la 10 de San Lorenzo pisó el Pedro Bidegain. En ese entonces, Ricardo Centurión ingresaba en el inicio del segundo tiempo para intentar revertir la derrota que luego consumaría Patronato de Paraná. Nadie se imaginó que sería el fin del ciclo del volante ofensivo en Boedo, ya que luego sería apartado y comenzarían los inconvenientes que hicieron que se fuera seis meses antes de lo estipulado en el contrato. Nadie se imaginó que el emblemático número iba a quedar vacante tanto tiempo. Sin embargo, el inicio del 2023 acomodó las cosas: Nahuel Barrios tomó la responsabilidad y aceptó el desafío de ponerse una pilcha pesada.

El Perrito apareció en Primera en 2017 con Diego Aguirre como entrenador y enseguida llamó la atención de todos. En su debut, ingresó en el complemento y fue clave marcando un gol ante Universidad Católica en la Libertadores que le permitió al Ciclón conseguir la clasificación a la fase de playoff. Con el tiempo, le costó tener continuidad, tanto en Boedo como en Defensa y Justicia y Central Córdoba de Santiago del Estero, lugares donde estuvo a préstamo. Y cuando parecía que estaba por disputar sus últimos partidos en el club, él encontró su mejor versión de la mano de Ruben Darío Insua, quien le dio la confianza para sentirse importante dentro de la cancha.

Poco después de haber iniciado el semestre, el volante ofensivo sabía que estaba frente a la gran posibilidad de recuperar el terreno perdido. Trabajó muchísimo para ganarse la aceptación del Gallego y ser cada vez más determinante en un equipo que creció a la par de su rendimiento individual, ya que terminó jugando 18 de los 27 partidos del torneo de la Liga Profesional como titular, en los que marcó dos goles (frente a Unión y Talleres).

El salto madurativo futbolístico y personal se vio reflejado en la incidencia que tuvo con la pelota en sus pies. Y lo hizo en varias posiciones, ya sea como volante por izquierda, como extremo y también acompañando al 5, tal como lo demostró en el 4-2 a Sarmiento, siendo su mejor partido de la temporada. Con esos argumentos, el Perrito aceptó el desafío de dejar la 28 para hacerse cargo de la 10, la misma camiseta que supieron llevar grandes jugadores del club como Pipo Gorosito y el Pipi Romagnoli, entre otros. La camiseta que Ricky había dejado sin dueño ya tiene un heredero.