Amber McLaughlin, de 49 y primera mujer transexual condenada a muerte en Estados Unidos, fue ejecutada este martes mediante una inyección letal en el estado Missouri, después de que el gobernador Mike Parson le denegara un pedido de clemencia, informó la prensa local.
McLaughlin falleció poco antes de las 19 (las 22 en la Argentina) y se convirtió en la primera persona ejecutada en Estados Unidos en lo que va del año y la tercera sometida a la pena capital en los últimos 12 meses en Missouri, según el diario St. Louis Post-Dispatch.
“Soy una persona amorosa y afectuosa, y me disculpo por lo que hice”, afirmó la condenada en su declaración final escrita.
McLaughlin, quien comenzó su transición de género hace unos tres años en la prisión, fue sentenciada por la violación y el asesinato de su exnovia Beverly Guenther, en el condado St. Louis.
“McLaughlin acechó, violó y asesinó a Guenther, es una criminal violenta; la familia y los seres queridos de Guenther merecen la paz; el estado Missouri ejecutará la sentencia de McLaughlin en cumplimiento de la orden del tribunal”, dijo el gobernador al denegar la conmutación de la pena máxima.
Según el Centro de Información sobre la Pena de Muerte, un grupo que se opone a la pena capital, no hay otro caso documentado de un hombre o mujer trans ejecutados en Estados Unidos.
Los abogados de McLaughlin habían hecho un pedido de clemencia a Parson el 12 de diciembre pasado, rogándole que conmutara la sentencia a prisión de por vida al alegar que el jurado que la declaró culpable no logró una decisión acerca de la sentencia.
Missouri e Indiana son los únicos dos estados donde la ley permite que el juez que presidió el proceso imponga la pena de muerte en el caso de un jurado indeciso.
Michelle Smith, codirector de Residentes de Missouri por Alternativas a la Pena de Muerte, dijo al diario The Kansas City Star que esta variante hace del estado “un caso extremo” que “hiede a injusticia”.
En su pedido de clemencia, los abogados de McLaughlin afirmaron que ella sufrió abusos durante la niñez, y padece una discapacidad intelectual que nunca se mencionó durante el juicio.
“La investigación reconoció el arrepentimiento sincero de McLaughlin y también lo hicieron todos y cada uno de los expertos que la evaluaron en los años que pasaron desde el juicio”, destacaron sus abogados.
McLaughlin fue “sólidamente diagnosticada con discapacidad intelectual limítrofe y universalmente con daño cerebral, así como síndrome de alcohol fetal”, argumentó la defensa.
Numerosas personalidades políticas y de la sociedad civil reclamaron que se anule la ejecución de McLaughlin al argumentar que fue abandonada por su madre, agredida recurrentemente por su padre adoptivo y protagonista de “múltiples intentos de suicidio”.
McLaughlin no inició ningún proceso legal para cambiar su nombre o comenzar un tránsito físico, por lo que se alojó hasta su ejecución en el Centro Correccional de Potosi, cerca de St. Louis, un establecimiento solo para varones.
Fuente: Telam