Una serie de concentraciones en Rusia, acompañadas de oraciones y ofrendas florales, rindieron homenaje este martes a las decenas de militares muertos en un ataque en el este de Ucrania que conmocionó al país.
Unas 200 personas participaron en un homenaje en la ciudad de Samara, de donde eran varios de los soldados muertos, y varias personas depositaron rosas o coronas de flores ante una llama en una de las principales plazas de la ciudad, inclinándose respetuosamente o haciendo la señal de la cruz, informó la agencia de noticias AFP.
Durante la ceremonia, un sacerdote ortodoxo recitó una oración y, a continuación, los soldados disparando con sus rifles al aire.
Medios locales informaron de concentraciones similares en otras ciudades de la región, como Togliatti y Sizran.
El Ministerio de Defensa elevó a 89 la cantidad de soldados rusos muertos por un ataque ucraniano en la noche de Año Nuevo en un edificio donde estaban estacionados en Makeyevka, una ciudad de la región de Donetsk, que en septiembre pasado tras un referendo se unió la Federación rusa.
«El número de nuestros camaradas muertos sube hasta 89», indicó el teniente general Serguéi Sevriukov en un video publicado por el Ministerio de Defensa, que hasta el lunes había reportado 63 víctimas fatales.
Ucrania asegura que el número de víctimas es mucho mayor.
Las pérdidas, de las mayores sufridas por el Kremlin desde el lanzamiento de la ofensiva contra Ucrania en febrero de 2022, conmocionaron a Rusia y desataron una avalancha de críticas de comentaristas nacionalistas, partidarios de la intervención militar.
La emoción causada por estas pérdidas, otro golpe para el Kremlin tras los reveses sufridos hace unos meses, se vio reforzada por el hecho de que los soldados muertos eran reservistas que habían sido movilizados.
El Ministerio de Defensa ruso informó que los misiles fueron disparados por lanzacohetes múltiples HIMARS, suministrados por Estados Unidos a las fuerzas ucranianas.
Tras las retiradas estretégicas de Moscú en los últimos meses en Jarkov y Jerson, que provocaron críticas contra el Estado Mayor ruso, la masacre de Makeyevka agrega un nuevo revés, con llamamientos a castigar a los responsables.
Varias voces se alzaron para denunciar el hecho de que la munición se almacenara en el mismo edificio utilizado para alojar a los soldados, a los que también se permitió utilizar sus teléfonos móviles, lo que posibilitó que fueran geolocalizados por los artilleros al servicio de Kiev.
En Ucrania, el gobierno afirma haber sufrido varios ataques rusos desde Año Nuevo.
Este martes, el Ejército ruso destruyó un arsenal de las fuerzas ucranianas en una nueva ofensiva en las inmediaciones de Kupiansk, Krasno-Limanski y Yuzhno-Donetsk, en Donetsk, donde las tropas rusas continúan avanzando.
El portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov, dijo en un comunicado que el arsenal en cuestión se encontraba en la estación de trenes de Druzhkovka, también en la región de Donetsk, e informó que el ataque destruyó dos instalaciones de sistemas HIMARS.
«Como resultado de un complejo enfrentamiento con el enemigo en áreas de Krasnoye, Petrivskoye, Nevelskoye y Pobeda, en Donetsk, 90 militares ucranianos murieron y dos tanques y cinco vehículos armados fueron destruidos», dijo, antes de indicar que «más de 30 militares» murieron también en otros combates registrados más al sur, informó la agencia de noticias Interfax.
El lunes, Ucrania volvió a recibir fuego de drones que los aliados de Kiev aseguran son de fabricación iraní, pero la mayoría fueron derribados, según las autoridades.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, declaró que su ejército había derribado más de 80 aparatos.
Los combates más intensos están teniendo lugar en torno a la ciudad oriental de Bajmut, que no tiene una importancia estratégica pero que las fuerzas rusas, dirigidas por el grupo de mercenarios Wagner, llevan meses intentando tomar.
Fuente: Telam