Todavía faltan algunos recibimientos clave. O bien ver si hay algún tributo especial en cancha para Di María y Paredes en la Juve o Lautaro en el Inter, por caso. También resta esperar cómo se comportarán en el PSG teniendo que darle la bienvenida nada menos que a Messi en el país subcampeón del mundo. Pero con las cartas sobre la mesa hasta anoche, fueron dos clubes ingleses los que más se preocuparon especialmente por mostrarle el afecto y el reconocimiento a sus jugadores campeones del mundo.
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Si bien en España se vieron expresiones de cariño y en Portugal también se sintió la gratitud del vestuario hacia quienes levantaron la Copa del Mundo, el Manchester City y el Brighton no sólo se destacaron por enaltecer a los suyos sino que a la vez enviaron un mensaje que se eleva sobre cualquier rivalidad: respect.
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Y aunque no hay una competencia ni va a valer más el título ni los agasajos suman puntos en un torneo son señales que nos llevan al mejor día futbolero argentino de la historia luego de 36 años. Así como muchos tuvimos la tele prendida para brindar en las Fiestas justo cuando Messi levantaba la Copa en Qatar, el recorrido de Julián Alvarez y el de Alexis Mac Allister al regresar a sus clubes nos transportó al recuerdo de la final (¿ qué habría sucedido si dos ingleses hubiesen venido a equipos argentinos tras vencer en el Mundial?).
Lo de la Araña, con un pulsador de emergencia en el vestuario para usar cada vez que el campeón necesitara algo, el abrazo general y revoleo al cielo tuvo mucha onda. Pero lo de Mac Allister ayer sorprendió. No sólo por esa pared tuneada con su imagen con la camiseta de la Selección sino también el abrazo sentido de cada administrativo y esa explosión de papelitos apenas el argentino volvió a levantar la Copa tiene un valor intangible, de esos que no miden en dinero.
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La ingratitud es un mal endémico. Y duele. Por eso, es para celebrar cuando alguien tiene la capacidad para apreciar y la voluntad de reconocer que el otro intentó e hizo algo que te dio felicidad, que te movilizó más allá de tus colores. La justicia y la gratitud futbolera siempre caen bien.
Fuente: Olé