Será inevitable, al menos en un principio, encontrar parecidos entre el inolvidable ciclo de Marcelo Gallardo en River con este de Martín Demichelis que recién inicia. Sobre todo, porque las coincidencias están expuestas y no parecen del todo casuales. “Sigamos creyendo”, fue la frase con la que MD abrió su etapa enlazando aquel hit de la era del Muñeco. A partir de allí, ideas y métodos que hacen match, hubo otras casualidades que aparecieron de entrada. Por caso, el primer amistoso internacional, contra La Calera, recordó bastante al de julio de 2014, con idéntica caída por penales ante Millonarios y con un equipo que no dio allí demasiadas pistas hacia el futuro pero que también, como esa vez, cambió a toda su formación inicial en los segundos 45 minutos. Siguiendo ese rastro, hoy River vuela a Miami. Allí mismo, frente a las playas del estado de Florida, empezó a funcionar el laboratorio de fútbol de Gallardo hace ocho años y medio durante el Mundial de Brasil.
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Será un viaje a la ilusión, entonces. Con la no menos hermosa que pesada herencia que deja el entrenador más ganador de la historia, comienza la parte fuerte de una pretemporada que ya lleva varias semanas pero que a partir de ahora entrará en su etapa final, la de las conclusiones, la de afinar los botines y también los pizarrones para el comienzo de una temporada que estará cargada de compromisos.
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La aventura yanqui se iniciará a las 7.30 del martes, cuando los jugadores se suban a un avión en Ezeiza y partan hacia Miami. Ya en la ciudad costera, el lugar de alojamiento será el lujoso hotel Marriott North, a unos 30 kilómetros del lugar en el que se preparará el plantel por una quincena: el predio del Inter Miami. Habrá un stop breve en Texas por el primer amistoso de la gira, el 10/1 ante Rayados de Monterrey en Austin, y la delegación se hospedará JW Marriott Austin y entrenará en el St. David´s Performance Center. De todos modos, la mayor parte de la pretemporada se hará en Miami, donde concluirá la estadía de River en Estados Unidos el 18/1. A las 17 de ese miércoles, el plantel volará de regreso a casa.
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Además del duelo pautado con Rayados están los de Millonarios (14/1 en Miami) y Vasco da Gama (17/1 en Orlando), que le servirán al ex defensor de 42 años para terminar de darle forma a un plantel largo que tal vez guarde lugar para algún retoque final y especialmente a un equipo. Ya con los regresos de un Armani voló directo desde sus vacaciones hacia Estados Unidos, esperará allí a la delegación y será saludado con honores de campeón del mundo y de un Nicolás de la Cruz que deberá ponerse a tono en lo físico tras su descanso, con un Paulo Díaz que de a poco empieza a estar a la par de sus compañeros, con el arquerito Lucas Lavagnino, el mediapunta Franco Alfonso y el delantero colombiano Flabian Londoño como los nuevos juveniles que ya trabajan desde el comienzo de la era (a los que se sumará el defensor Ulises Giménez por estas horas si es que consiguen acelerar los papeles de su visa: ver aparte), con Nacho Fernández como único refuerzo disponible tras la fractura de Kranevitter y como abanderado del fútbol del equipo. Ahí va River.
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Con Pinola y Lux en el CT y Francescoli y Ponzio desde afuera como garantes de cierta continuidad, el estilo de trabajo que ya empezó a mostrar Demichelis hace match en varios puntos con la metodología de Gallardo. Especialmente en uno: la exigencia y esa disciplina tan alemana que funciona como un mantra para MD (“no hay éxito sin disciplina”, repitió siempre que pudo todos estos años cuando se definió como entrenador). Dobles turnos rigurosos y entrenamientos con mucha intervención del deté no hicieron demasiado contraste en el día a día con las formas que tenía el Muñeco.
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En todo caso, la idea de juego y los dibujos que empieza a bocetar sí tienen otro corte estilístico respecto a los últimos ocho años: sin resignar la tenencia, el cordobés busca un equipo más vertiginoso, con extremos veloces, volantes que garanticen transiciones rápidas y laterales desdoblados en ataque por fuera pero también como interiores, algo que Gallardo ensayó más de una vez con Casco y que Demichelis mamó desde su experiencia en el Bayern Munich con un Lahm que fue pionero en ese juego de roles.
A ajustarse los cinturones, pues. Comienza un nuevo viaje…
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Fuente: Olé