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La emoción en el Senado el día de la sanción, el 30 de diciembre de 2020 (Foto: Candelaria Lagos)

“No tengo palabras para agradecer el amor y el respeto con el que me trató el equipo médico. Aborté porque no estaba pasando un buen momento con mi pareja, tampoco estaba en un buen momento económico y nadie me juzgó. Fue un abrazo del alma”, dijo a Télam Mailén Gutiérrez.

Mailén tiene 30 años y una experiencia atroz de un aborto anterior a la sanción de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.

La define como “Vietman”. “Tenía 25 años y no me morí de pedo”, recordó. Su novio de entonces le dijo «solucioná esto» y tomó pastillas, pero estuvo horas sangrando, retorciéndose del dolor y con miedo a morirse.

“Aborté porque después de haberme separado de una relación de diez años quedé embarazada porque me falló el método anticonceptivo y con mi actual pareja nos estamos conociendo, no llevamos ni un año juntos”, explicó Malena García, que tiene 30 años.

Todavía no puede creer lo que le pasó cuando terminaron de practicarle la Aspiración Manual Endo Uterina (AMEU) que se hace con anestesia local. “Una enfermera me puso un hornito con esencias aromáticas, otra me acariciaba la cabeza y me ponía una bolsa de agua caliente en los ovarios”, contó aún emocionada por el amor recibido en un momento de alta vulnerabilidad.

“Tengo una hija de ocho años a la que amo, tengo una Pyme, fabrico sillones y aborté porque el embarazo fue el producto de una falla de anticoncepción de una relación casual. Sencillamente en este momento de mi vida no quería maternar”.

Analía Toloza contó a Télam la experiencia de su aborto en 2021. A sus 35 años, lo compara con el que se practicó a los 18, en la ilegalidad, con dolor y miedo. “No lo podía creer, el trato que me dieron fue de un respeto absoluto, estaba en Disney, me hacía acordar a las películas que uno ve de países del primer mundo y me alegré de que eso estuviera pasando en la Argentina”, reflexionó.

El festejo por la aprobacin de la ley tan esperado Foto Archivo
El festejo por la aprobación de la ley tan esperado. (Foto: Archivo)

“Tengo tres hijos y los amo, pero con cada embarazo la fui pasando peor. Para mí es una tortura, no puedo ni comer. Y cuando hace unos meses volví a quedar embarazada decidi no tenerlo y mi pareja acompañó mi decisión. En el Hospital San Martín de La Plata me trataron re bien, siempre me respetaron, no como en el aborto que tuve cuando era ilegal”. Inés Vázquez tiene 30 años y celebra haber podido acceder a su derecho de interrumpir el embarazo.

Pero la realidad es compleja y todo el respeto que le tuvieron en el hospital le faltó a una de sus mejores amigas, que no compartía su decisión y le decía “donde comen tres, comen cuatro”, sin atender al padecimiento que ella transitó en cada gestación.

Una muestra de que todavía hay un largo camino para transitar en el aprendizaje que implica no juzgar una decisión íntima, personalísima y de enorme responsabilidad como traer un hijo al mundo.

“No lo deseo, ya soy madre de un nene de cuatro años y no quiero volver a pasar por un embarazo ni volver a criar a un bebé por  el momento” resumió con una claridad meridiana Ofelia Bazán, a sus 23 años, los motivos por los que está en la etapa final del procedimiento de interrupción de un embarazo. Ya tiene fecha para que le entreguen los medicamentos necesarios para ponerle fin.

Los testimonios de estas mujeres son apenas una muestra de cómo se transita hoy, a dos años de la sanción de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), la práctica que es un derecho garantizado tanto en el sistema público como privado. Más allá de que todavía haya dificultades en algunos lugares, el sistema está preparado para resolverlas.

El Estado hizo posible una lucha feminista de dcadas Foto Fernando Gens
El Estado hizo posible una lucha feminista de décadas. (Foto: Fernando Gens)

La pregunta del millón: ¿tenés deseo de maternar?

Ailín Carrillo integra el equipo IVE-ILE del Hospital Belgrano de San Martín y es tocoginecóloga. Explicó al Télam el paso a paso del protocolo que aplican cuando llega una mujer que solicita la práctica.

“Lo primero que se hace es pedirle una ecografía y en función de la semana de embarazo que esté cursando se define si si le van a recetar pastillas o si corresponde hacer una Aspiración Manual Endo Uterina (AMEU), que se hace con anestesia local. Si el procedimiento se va a hacer con pastillas, en cuatro días la mujer las tiene que tener, previa firma del consentimiento informado”, explicó.

Y a los diez días de finalizada la práctica, el equipo de salud y la mujer definen qué otro método anticonceptivo va a aplicarse para evitar un nuevo embrazo no deseado.

La mujer tiene derecho a ser contenida e informada por una asistente social y una psicóloga, en caso de requerirla y no siempre se define la interrupción del embarazo en la primera entrevista. La pregunta orientadora clave suele ser “¿vos querés maternar ahora?» y en algunos casos la respuesta es taxativa, pero en otros lleva más tiempo que la mujer bucee en su interior para encontrar su deseo. El suyo, no el de otros.

A veces se requieren siete entrevistas para que la mujer decida qué hacer. Hay que despejar muchas variables, por ejemplo si dice que quiere seguir porque teme morir en la práctica. Ahí hay que explicar mucho sobre el procedimiento. Además todavía puede generar culpa, hay presiones familiares. También ocurre a veces que la mujer lo quiere tener y la familia la presiona para que no lo tenga”, contó.

La cuestión generacional también influye. Carrillo acompaña a adolescentes, que viven la interrupción de un modo más natural que las mujeres más grandes: “Las adolescentes tienen otra cabeza. Te dicen que vinieron a interrumpir el embarazo y punto”.

La situación más difícil se da cuando hay deseo, pero no condiciones materiales para maternar. “El ´no puedo mantenerlo es la situación más triste. Esos casos requieren de un mayor acompañamiento”, precisó.

Los médicos, una pieza clave

Cuando los profesionales definen que un procedimiento tiene que ser quirúrgico y no puede ya hacerse con pastillas (que constituyen la inmensa mayoría de las intervenciones) es clave la intervención de un médico o médica que a partir de la sanción de la ley tiene el aval del Estado para hacer la AMEU.

Florencia Copello es una de las profesionales que hace esas intervenciones tanto en el sector público como en el privado y aportó a Télam datos interesantes.

Una escena de una jornada histrica Foto Fernando Gens
Una escena de una jornada histórica. (Foto: Fernando Gens)

“Las aspiraciones se hacen con sedación y anestesia local y son súper bien toleradas. Cuando la mujer está segura de interrumpir el embarazo no se genera un trauma, es importante subrayarlo para no generar una patología del aborto”, explicó.

Copello celebró que desde la sanción de IVE las mujeres lleguen a la primera consulta con mucha más información y que, como era previsible, bajaron muchísimo las internaciones en guardia por abortos incompletos porue el proceso está muy supervisado.

FW)“Las aspiraciones se hacen con sedación y anestesia local y son súper bien toleradas. Cuando la mujer está segura de interrumpir el embarazo no se genera un trauma, es importante subrayarlo para no generar una patología del aborto”(FW)

Lo que tienen prohibido los ecografistas

Claro que no todo es un jardín de rosas y no todos los integrantes de los eslabones del sistema IVE hacen lo que tienen que hacer. Los y las ecografistas encargados de hacer el primer estudio para definir cuántas semanas de embarazo tiene la mujer y dónde está ubicado el embrión tienen que limitarse a hacer eso, pero no siempre pueden contener su ideología.

Puede suceder que el profesional le muestre la ecografía a la mujer sin preguntarle o le haga escuchar los latidos del corazón (en el caso de que los haya) sin perdierle consentimiento, conductas que están claramente prohibidas.

Una de las mujeres que contó la experiencia de su aborto legal a Télam sólo se quejó de que la ecografista que le tocó en desgracia (en cuya receta decía claramente IVE) le hizo comentarios fuera de lugar acerca de las partes del cuerpo del embrión que veía, le preguntó si creía en Dios y por qué siendo ella “tan linda”, igual que su pareja que la estaba esperando afuera, iba a interrumpir el embarazo.

Ella no paraba de llorar. Claramente la mujer la estaba torturando. Es necesario que se sepa que este tipo de conductas son ilegales y denunciables.

Cada provincia, un mundo

El pauelo verde con el nmero de la ley que garantiza el derecho al IVE Foto Luis Corn
El pañuelo verde con el número de la ley que garantiza el derecho al IVE. (Foto: Luis Cornú)

Ana Morillo es coordinadora del área de Salud de la organización Católicas por el Derecho a Decidir. Su balance de estos años es muy positivo, igual que la labor que realizan día a día en todo el país para que el personal de los hospitales afectado a IVE tenga la información necesaria que sensibilice a los médicos en busca de que cada vez haya más lugares en los que se realice la práctica y menos objetores de conciencia.

Hoy tenemos una cobertura en todas las jurisdicciones provinciales con enormes diferencias, pero está garantizada. En  Misiones y Formosa trabajamos mucho en la sensibilización de los equipos de salud y mejoró mucho la práctica. En Misiones, apenas se sancionó  la ley había 6 servicios y ahora hay 40, es un trabajo de ir por todas las provincias a capacitar cara a cara. Hay que hablar sobre la ley, cuando se conoce como es el tratamiento, algo cambia en el personal. A veces, los trabajadores piensan que van a tener más trabajo o tienen miedo de que algo salga mal y eso se trabaja hablando”, explicó.

Los tratamientos con pastillas también fueron mejorando en estos dos años. “Que tengamos misoprostol y ahora mifepristona es un enorme avance. Se combinan y es mucho más eficaz y menos doloroso el aborto”, contó.

En su opinión, una asignatura pendiente es trabajar en la capacitación de la práctica en los casos permitidos para el segundo trimestre de embarazo. “Hay que garantizar que haya profesionales especializados en algunas provincias”, dijo.

La importancia de no juzgar

Las entrevistadas por Télam que abortaron voluntariamente contaron que ellas también aprendieron a no juzgar las decisiones ajenas sobre continuar o no un embarazo. Y a no sentir culpa si van a abortar y tienen amigas que no pueden quedar embarazadas.

Porque nadie puede estar en el cuerpo ni en la psiquis de otro. Lo que sí es seguro es que la ley de IVE disminuyó una enorme cantidad de muertes evitables. 

Una de las profesionales de la salud consultadas por Télam contó que cuando gobernaba Mauricio Macri, una mujer que tenía decidido abortar esperó expectante la sesión en la que se estaba por aprobar la ley. Cuando se cayó la sesión, esperó al día siguiente y recurrió al «método del perejil», tal era el grado de su desesperación. Falleció al día siguiente.

Por más que esté muy dicho, la mujer que tiene decidido abortar, aborta en cualquier situación. Así es desde el fondo de los tiempos.

La torsión de la historia en Argentina por la decisión política del actual gobierno les da a ahora a las mujeres la posibilidad de no morir en e intento.

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Fuente: Telam

Por admin

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