Cuando Racing le ganó a Boca la final por un Trofeo de Campeones al que había llegado sin salir campeón (Boca era ganador de la liga y de la copa de liga, los dos torneos por los que se llegaba a esa instancia; Racing tomó un lugar porque fue subcampeón de la liga), quedó abierta la oportunidad para inventar otra copa.
La AFA había logrado vender un partido en Abu Dhabi, que iba a ser entre los ganadores de liga y Copa Argentina, y cuando Patronato se quedó con ese torneo federal se redondeaba la ocasión: ¿cómo íbamos a llevar a Patronato a Abu Dhabi si podíamos llevar un Boca-Racing?
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La Supercopa entre Boca y Patronato quedó para más adelante, y se armó otra final entre el ganador de la liga y el ganador del Trofeo de Campeones. Pero hete aquí que en aquel último Boca-Racing hubo un escándalo, con variadas inconductas de los jugadores, y diez de ellos (siete de Boca, aparte del DT, y tres de Racing), quedaron suspendidos, a cumplir en “torneos oficiales organizados por AFA”.
O sea, si el partido del 20 de enero en Abu Dhabi tiene carácter oficial, no podrían jugar. Y si no, lo que se les vendió a Emiratos Árabes Unidos es un amistoso, que reparte en premios un millón de dólares.
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Y como vender una final “amistosa” es un engendro, y será un fiasco jugar una oficial sin toda la defensa titular de Boca ni Villa, Carbonero ni Alcaraz, por nombrar a algunos, ahora comienza otra “ingeniería”: esa por la cual, ante un reclamo de partes que tal parece que les conviene a todos, haya una manera de que los sancionados puedan estar en la cancha.
A eso se abocará hoy nuestro Tribunal, que históricamente actúa más como abogado de partes que como juez y tiene especialistas en retorcer reglas y leyes y encontrar “zonas grises” en las que ningún antecedente condicione el fallo que se quiere acomodar.
Fuente: Olé