La cantante y guitarrista Lula Bertoldi, líder del conjunto de hard rock Eruca Sativa, aseguró que el último trabajo de la banda, titulado «Dopelganga» y que recorre versiones de clásicos latinoamericanos de otros artistas adaptados a su estilo eléctrico, suena como «un disco del grupo» y va en sintonía con una mirada que desafía los encasillamientos de género porque «la etiqueta para los músicos es contraproducente».
Conformada también por la bajista Brenda Martin y el baterista Gabriel Pedernera, la banda lanzó un disco de versiones de temas de Soda Stereo, Pescado Rabioso, Man Ray, los mexicanos Caifanes, los colombianos Aterciopelados, el uruguayo Gustavo Pena, el cubano Silvio Rodríguez y «El amor es más fuerte» de la película «Tango feroz».
El álbum «nace como una idea un poco lúdica en relación con que la banda cumplía 15 años y queríamos hacer algo divertido, una celebración, con un condimento. Las composiciones, si fueran de otro, quizá sucedería otro tipo de encuentro musical», contó Bertoldi sobre el proceso, en una entrevista con Télam.
«Entonces, como nunca antes habíamos sacado un disco de versiones, decidimos meternos una semana en un estudio a ver qué pasa, a tirotearnos con estas canciones que nos gustan, y las grabamos. Entramos al estudio el lunes a la mañana y el viernes a la tarde salimos con el disco listo para mezclar. Así que fue una bomba», agregó.
En cuanto al aporte que Eruca Sativa incorporó con sus versiones, la vocalista evaluó que «más allá de que son temas compuestos por otras personas», sentían «que es un disco de Eruca Sativa».
«El chiste del álbum es que lo escuchás todo y es un disco de Eruca Sativa, más allá de que las composiciones no son de la banda. Es un ejercicio muy lindo… como probarle una ropita extra o sacarle una prenda a la canción y probarle otros trajes, y eso hace que pasen cosas en el estudio, nos sirve», agregó.
«Nunca digo «nunca», como con las colaboraciones, en la medida que nos parezca necesario. Siempre las puertas están abiertas para hacer todo. No hay nada a lo que diga ‘esto ni loca’, somos desprejuiciados en ese aspecto…»Lula Bertoldi
A modo de ejemplo, explicó cómo tomaron la canción «Bolero falaz» de Aterciopelados: «Nos tomamos ciertas libertades que, por suerte, los autores estuvieron de acuerdo. El tema dice: ‘Si yo la encontrara, le partiría esa cara’ y nosotros le pusimos: ‘Le pintaría esa cara’. Nos parecía más amigable con los tiempos que corren, en los que estamos tratando de deconstruir los celos o relaciones románticas posesivas. Pensamos que si lo cambiábamos, Andrea Echeverri estaría de acuerdo y no hubo mayor inconveniente. Nos pareció un guiño a esta época, como algo más aggiornado. Entonces nos tomamos esas libertades».
– ¿La selección de bandas forma parte de la educación musical de Eruca Sativa?
– Todo inspira porque somos personas que componen y tienen un proyecto que tiene que ver con el arte y la música. Y cualquier cosa que te suceda como evento artístico, va a influir. Aunque los temas de Eruca Sativa no sean parecidos a los de Silvio Rodríguez, sí nos ha influido mucho en nuestra adolescencia en todo lo que tuvo que ver con el activismo político. Con la poesía pero también con la bajada de línea y todo ese lenguaje que usó Silvio y que también se trabajó mucho en la Argentina en la época de la dictadura. Son artistas que nos han influido aunque sea en la forma de escribir o de decir las cosas. Aterciopelados en una época de la adolescencia me atravesó mucho. Ver a Andrea Echeverri siendo eso que era ella en ese momento en los noventa, que había otra mirada sobre la mujer y sobre la mujer que hacía rock; rompía la idea del amor romántico, que era súper avanzado para la época. O Hilda Lizarazu haciendo lo que hizo con Man Ray, te va marcando con pequeños hitos. Aunque Eruca Sativa no sea parecido a Man Ray, sí hay algo. Soy fan de Fabiana Cantilo desde que empecé a tocar la guitarra y tal vez no soy parecida pero sí fui tomando de su estilo, impronta y personalidad. De todos vas tomando un poquito y te vas formando como sos.
– ¿Por qué eligieron el concepto de «doppelgänger» para el disco? ¿Son la versión maligna, más ruidosa y hardrockera de esta selección de temas que originalmente son más tranquilos?
– Puede ser un buen motivo. Nos gustaba la idea del «doppelgänger» como constructo. Y nos pareció un concepto muy loco, que lo tenía muy presente cuando empezamos a tirar nombres en el estudio. Ahí recordé ese concepto de alguien que existe en el mundo que es muy parecido a vos pero no sos vos. Lo mismo que con estas canciones: no son las originales pero son muy parecidas, como un reflejo. Por eso argentinizamos la palabra y le pusimos «dopelganga», porque «ganga» es una palabra muy argentina y del lunfardo. Entonces nos pareció divertido porque era también nuestra forma de versionar la palabra: le hicimos un cover a la palabra.
– ¿Cuál tema te gustó especialmente cómo quedó?
– El que lo escucho y digo «qué buena vuelta de rosca le encontramos» es el de Silvio Rodríguez. Es muy jugada la versión porque la armonía, lo que toca la guitarra, la letra y la melodía son difíciles y es meterle mano a un tema que tiene una importancia a nivel latinoamericano muy grande y si te mandás una cagada, no está bueno. Nos salió lindo y me encanta. Porque el tema original es él solo con su guitarra, con todo ese despojo. Pero cuando se nos vino en grupo a la cabeza decíamos que el arpegio que hace nos hacía acordar a «Stairway to Heaven», y pensábamos qué pasaría si lo hiciéramos más rockero. Algo que no terminó pasando pero al principio nos surgió hacer un mash up entre «Ojalá» y «Stairway to Heaven» porque nos gusta jugar con la música y las canciones.
– ¿Hay algún género que les gustaría probar al que todavía no le hayan entrado?
– Nunca digo «nunca», como con las colaboraciones, en la medida que nos parezca necesario. Siempre las puertas están abiertas para hacer todo. No hay nada a lo que diga «esto ni loca», somos desprejuiciados en ese aspecto… si es algo que nos sale naturalmente y es honesto y va para adelante, no tengo mucho drama. Para mí la música es música, no tiene nada que ver con los estilos. Los estilos son para las personas que hacen crítica y tienen que ponerle un nombre a las cosas o necesitan organizar la información, pero la música es música y hay un punto que hay una línea que desdibuja todo, ¿y eso en qué cajita lo ponés? Y ahí es donde está el jugo más interesante: cuando los géneros se empiezan a entrecruzar y no sabés qué es. No me parece que sea tan importante la etiqueta que te pongan. Eso servirá a los fines de otra cosa, pero la etiqueta para los músicos es contraproducente, es una barrera, no es un habilitador de creatividad o algo que permita fluir, sino que es un inhibidor. El hecho de que tal cosa no sea rock y «esto no lo hacemos porque no es rock». Es como una jugarreta de la industria que no estoy de acuerdo que se use desde el lado del artista para crear. Distinto es el caso de quienes lo necesiten para fines de categorización, pero a los músicos nos debería resbalar el género en que caigamos en la medida en que estemos haciendo la música que nos guste.
Fuente: Telam