Enzo Fernández, el caso que rompe todo

Y ya que seguimos lógicamente con la fiebre mundialista, va una comparación de este tipo: lo que se está negociando por Enzo Fernández es tan o más inesperado que la derrota contra Arabia en el debut. O el empate de Francia 2-2 después de un baile de casi 80 minutos. Ni el propio EF soñaba unos meses atrás con este presente. Ni el Benfica, cuando decidió comprárselo a River, esperaba esta explosión tan repentina de un volante de 21 años.

Los portugueses liderados por su presidente y ex jugador Rui Costa no se lo llevaron para hacer un negocio millonario sino para mejorar a su equipo. Y lo lograron rápido, con una explosión inusual en la Champions League, jugando el volante como si lo hiciera desde hace años en Europa, más en una competencia como esa y en un club grande. Lo dijo el propio Messi en pleno Mundial, que ya lo había visto de enfrentarlo con el PSG…

Lo que sucedió con Enzo rompe todos los libros y los análisis previos. De hecho, ni aun descosiéndola en River se vislumbraba que sacara un pasaje a Qatar y se metiera en la lista de Scaloni. Ni con el nivel superlativo que tenía con Gallardo se imaginaba el lugar que ocuparía hoy. Pensar que en 2019 se iba a préstamo a Defensa y Justicia para foguearse, cuando el club de Florencio Varela miraba con mayor gusto a Denis Rodríguez…

Casos como el del volante que creció con Crespo, que repatrió antes de lo acordado Gallardo y que en meses se ganó el derecho al Mundial, son absolutamente excepcionales. Milagrosos. Rompen cualquier tipo de análisis o lógica, incluso hasta la del propio jugador. ¿Cómo se explica que un tipo que debutó en la Mayor a fines de septiembre en un amistoso haya sido Golden Boy del Mundial y poderosos de Inglaterra están dispuestos a transformarlo en el jugador más caro en la historia del fútbol argentino? La rompió y estuvo tocado por la varita.