Un hombre de nacionalidad boliviana fue condenado a prisión perpetua como autor del crimen de la estudiante brasileña y analista financiera Luana Cristina Carneiro de Melo, quien en 2018 fue hallada asfixiada en un departamento que alquilaba en el barrio porteño de Colegiales y cuyo homicidio se esclareció cuando se descubrió que el ahora condenado había entrado a robarle el celular y que la mató para que no lo delatara.
Desde Brasil, la madre de la joven aseguró a Télam que su hija «siempre luchó por la Justicia» por lo que señaló que esta condena «representa la persistencia de esa lucha».
Fuentes judiciales afirmaron a Télam que Iver Uruchi Condori (32) fue condenado a prisión perpetua tras ser hallado culpable del delito de «homicidio criminis causa en concurso ideal con el delito de hurto» en perjuicio de Carneiro de Melo (25), estudiante de idiomas y analista financiera.
La sentencia estuvo a cargo de los jueces Luis Oscar Márquez, Darío Martín Medina y Claudia Beatriz Moscato, integrantes del Tribunal en lo Oral y Criminal (TOC) 12, y de esta manera, Uruchi Condori continuará detenido en Complejo Penitenciario Federal II Marcos Paz, del Servicio Penitenciario Federal (SPF).
«Fue un asunto muy complicado desde un comienzo. El homicida dejó un rastro indeleble de su presencia en el lugar. Luego fue cambiando las versiones. Las acomodó a las pruebas. Pretendió contradecir a una junta de expertos tanatólogos, médicos forenses. Fue un fallo justo», aseguró a Télam Marcos Tosato, abogado que representó a la familia de la víctima.
El letrado explicó que Uruchi Condori «siempre se declaró inocente y nunca reconoció el hecho».
«La única que lloró durante todo el juicio fue la madre de Luana, Rosemarie Carneiro de Freitas, quien presenció todas las audiencias», reconoció Tosato.
La propia Rosemarie expresó a Télam desde Brasil, donde reside, que «Luana en vida siempre luchó por la justicia y los derechos de la mujer. La condena de su asesino, para nosotros, representa la persistencia de esta lucha».
«Si bien nada puede traer de vuelta a nuestra Luana, saber que su torturador no saldrá a las calles para lastimar a otras mujeres, y que se ha hecho Justicia en su memoria, nos brinda alivio. Agradecemos a la Fiscalía y a los peritos forenses por su incansable labor en la búsqueda de respuestas y justicia», sostuvo.
El crimen de Luana
Según pudo probar la Justicia, entre las 2 y las 13 del 30 de marzo de 2018, el acusado ingresó al departamento que la joven habitaba, ubicado en el segundo piso del edificio situado en Superí 1276, del barrio de Colegiales, y la mató «con el propósito de que la misma no lo delate sindicándolo como autor de la sustracción del teléfono celular marca ‘Apple’, modelo ‘Iphone’ (…), una computadora tipo notebook ‘Dell’, una mochila y la suma en efectivo de 50 dólares y 900 pesos».
La joven estudiante de idiomas y que trabajaba como analista financiera en una empresa multinacional, compartía ese departamento de cinco ambientes con la dueña, Lorena Olivieri, una mujer que era empleadora de Uruchi Condori en un taller clandestino que poseía en el tercer piso del mismo edificio.
Como era fin de semana largo, la dueña del departamento se había ido de viaje, por lo que Carneiro de Melo se encontraba sola en la vivienda.
Al no responder el celular durante varias horas -algo extraño en la joven, según relataron sus familiares-, una amiga fue hasta el departamento y llamó a la Policía.
La joven y los efectivos ingresaron a la vivienda, donde hallaron a Luana tendida sobre su cama muerta.
No obstante, cuando Luana fue hallada asesinada inicialmente la causa fue caratulada por la jueza Vanessa Peluffo, a cargo del Juzgado en lo Criminal y Correccional 63, y el fiscal en lo Criminal y Correccional 21, Carlos Vasser, como «muerte por causa dudosa, hurto y encubrimiento» debido al faltante de pertenencias de la joven.
En junio de 2018, los pesquisas determinaron que el teléfono celular de la víctima se activó y, al rastrearlo, establecieron que estaba en poder de un hermano de Uruchi Condori, por lo que la Justicia imputó al ahora detenido por el hurto del celular y rechazó un pedido de la fiscalía para dejarlo preso como sospechoso del homicidio.
Con el correr de la investigación y, mediante la autopsia de rigor, se estableció que Luana había sido asesinada, ya que había sufrido una «congestión, edema y hemorragia pulmonar» y «tenía lesiones en el cuello» que, «en conjunto con una patología coronaria crónica de la víctima, derivaron en arritmia y fallecimiento».
«La asfixia mecánica obedeció en forma exclusiva a la intervención de una tercera persona», indicó el forense a cargo de la operación de autopsia.
En base a ese elemento, la fiscalía profundizó la investigación en el homicidio y determinó que Uruchi Condori tenía acceso al departamento de su empleadora y que además sus dichos sobre dónde había estado el día del asesinato no estaban respaldados con evidencias.
Uno de los elementos probatorios que lo incriminó fue que el sospechoso aseguró que el 26 de marzo, días antes del crimen, su empleadora lo había despedido, por lo que dejó de dormir en el taller clandestino como solía hacer y regresó a su casa de la localidad de Bella Vista, al noroeste del Gran Buenos Aires.
Pero al analizar los registros de su tarjeta SUBE, los pesquisas corroboraron que «no fue utilizada entre el 1 de marzo y el 30 de abril de 2018», según el informe enviado por la Gerencia Legal y Técnica de Nación Servicios S.A. a la Justicia.
Tras ello, a principios de octubre del 2021 se dispuso la detención de Uruchi Condori, a quien la Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional le revocó la imputación por hurto y quedó acusado de homicidio criminis causa.
Fuente: Telam