No es cuestión de dar por hecho que la Argentina pasará a Países Bajos el viernes (feriado) a las 16 hs. Ya cuando salga a jugar, sabrá cuál sería el rival del martes 13 de diciembre, si Brasil o Croacia. Aunque en este primer choque de cuartos de final, el favorito es muchísimo más claro que en el de la Selección contra el equipo de Van Gaal.
Todo el mundo está esperando un clásico en un Mundial, algo que no se da desde hace 22 años: la última vez fue en aquel del bidón de Branco, del gol de Caniggia en Italia 90. Fue un octavos de final, después de clasificar arañando. Hubo amplia superioridad brasileña, goles perdidos por todos lados y uno de los tantos más festejados: pase de Maradona y definición excelsa de Caniggia frente a Taffarel, en el equipo de Bilardo que alcanzó a puro corazón la final.
De aquel equipo del 90, hoy en Qatar están Goycoechea, Ruggeri y Burruchaga (como comentaristas), además de Ricardo Giusti, entre otros. Inolvidable 1-0 en el estadio Delle Alpi de Turin. Ese es el clásico que incluso generó el hit del Cani te vacunó.
En Mundiales, hubo tres enfrentamientos más. Pero ninguno decisivo ni mano a mano. Fue siempre en fase de grupos. Curiosamente, en tres seguidos. En Alemania 1974, por el Grupa A, ganó Brasil 2-1, con goles de Rivelinho y Jairzinho, mientras que había empatado Brindisi. En 1978, con Argentina local, fue 0-0, Y en España 82, en zonas, Brasil nos pasó por arriba: 3-1, con el descuento de Ramón Díaz en el final.
Más allá de Mundial, quedará para la historia la final del Maracaná, la de hace muy poco: el año pasado, con la Copa América que no se hizo en Argentina, se mudó a Brasil. Y fue 1-0 con una fiesta inolvidable en el mítico estadio, con aquel gol de Di María. Un hito del fútbol argentino, con la vuelta en la tierra vecina.
Ahora, ya se miran de reojo Messi y Neymar. Porque ese camino que tenía a Brasil en semifinales se va a acercando. Falta, un paso cada uno. Pero ya se empieza a palpitar que cada vez es más posible ese choque sudamericano en un Mundial. Como nunca.
Fuente: Olé