Los argentinos van y vienen por las calles del Souq Waqif. Están los que sacaron todo el paquete de la primera ronda y que pegaron la vuelta para Ezeiza, con esa adrenalina única que es vivir un Mundial. Están los que llegaron para el partido ante Polonia, que todavía tienen voz, que están excitados por tanto «muchachos, ahora nos volvimo’ a ilusionar». Y están los que la billetera o la locura, les dio para jugarse a estar todo la Copa del Mundo. Ahí están ellos, los protagonistas de las calles, del subte, de los restaurantes y de los shoppings. Son ellos los que generan un aliento increíble para un equipo que se jugará una parada brava, porque la obligación de este octavos de final es toda de la Scaloneta.
Argentina tiene una ventaja sobre su rival, al margen de la jerarquía que pueden imponer sus nombres propios, con el capitán Messi a la cabeza. Y es que viene jugando finales hace dos fechas. Porque tras el traspié duro e inesperado ante Arabia Saudita, puso a la Selección contra las cuerdas, en un nuevo formato de Mundial, con un inesperado mata-mata antes de tiempo. Así, le ganó en 32avos a México en un partido de alta tensión adentro y afuera. Así, despachó en los 16avos a Polonia, con una actuación para ilusionar, para enterrar dudas.
Ahora empiezan los octavos de final. Algunos quieren hacer cuentas, mirar quién tocaría en cuartos y hasta en semis. Puertas adentro ya aprendieron la lección y hay un frase que se repite constantemente en la delegación: prohibido relajarse. El error con Arabia fue ese, sentirse superior, pensar que el partido estaba terminado y los dos golpes de nocaut dejaron a la Scaloneta groggy. Por eso, en la delegación sólo se piensa en el encuentro de esta tarde porque se necesita cambiar la frase Che: Australia victoria siempre.
Lionel Scaloni es el primero en bajar a todos a tierra. Y, si bien está claro que Argentina es favorito y que enfrenta a un seleccionado de segundo orden, no hay que contar los porotos antes de tiempo. «Si el rival es inferior, hay que verlo. Es un buen equipo. Esto es fútbol, son 11 contra 11. Entonces hay que dejar de lado el teórico favoritismo y jugar el partido. El planteamiento será similar, con algunos matices, ellos tienen buenos jugadores pero nuestra idea de jugar es la de los últimos partidos», dice Scaloni y lo repite. «Ellos tiene buenos jugadores, van bien por la banda derecha, cuenta con buenos delanteros, centrocampistas con experiencia, niveles altos. Sobre todo es un equipo y siempre es difícil. Hablo de equipo como conjunto de jugadores que saben lo que quieren. Y eso tiene su dificultad», describe.
El Lionel DT no quiere regalar nada y por eso tiene decidido que Ángel Di María, el ancho de bastos de esta Selección, espere en el banco. Es que Fideo padece una fatiga muscular y como el entrenador cree que será un partido de alta exigencia, lo tendrá como suplente y hará que otro hago el desgaste fuerte de entrada. Por ahora, maneja cuatro variantes: una con características similares (Ángel Correa), otro más enganche (Papu Gómez), un volante para cambiar el sistema (Leandro Paredes) y no se descarta que se la juegue con Lautaro Martínez, llevando a Julián Álvarez a la banda.
¿Y Australia? El seleccionado de Oceanía viene siendo noticia desde hace rato. Compitió en las eliminatorias de Asia y ahí logró salir tercero en su zona, ubicación que lo llevó a jugar un partido definitorio contra el Emiratos Arabes del Vasco Arruabarrena. Le ganó y después disputó el repechaje ante Perú, al que venció por penales con la loca actuación del arquero Andrew Redmayne, ese que bailaba en la línea para poner nerviosos a los jugadores del Tigre Gareca. Este equipo, que marcha 39° en el ranking FIFA, sigue dando la nota ya en Qatar: cuando todos creían que el segundo del grupo D sería Dinamarca, los Canguros vencieron 1-0 a Túnez y dieron el golpe al ganarle 1-0 a los daneses.
Graham Arnold, el DT de Australia, sacó pecho de que ya venció a la Selección en los recientes Juegos Olímpicos de Tokio: «Por supuesto que vamos a ganar. Dirigí al equipo Olímpico en Tokio y vencimos a Argentina 2 a 0. Es una camiseta amarilla contra una celeste y blanca. Es 11 contra 11. Se trata de impulso y mentalidad», le metió picante a la previa.
Con un equipo con menos de 72 horas de descanso pero con la ilusión bien arriba y con el capitán Messi cumpliendo 1.000 partidos como profesional, la Scaloneta buscará llegar a los cuartos, para que el sueño de todos, los que se fueron, los que llegaron y los que están desde hace rato por las calles de Doha, sigue latente.
QATAR (ENVIADO ESPECIAL)
Fuente: Olé